EL FENÓMENO MILEI Y EL AVANCE DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Se ha sabido que la modernidad democrática, es decir el fenómeno de metástasis por el que transita nuestra civilización, se encuentra sumamente aterrada por el nuevo invento hoy conocido como la Inteligencia Artificial, la cual debido a su eficacia y contundencia corre el riesgo de dejar sin empleo a más de la mitad de la humanidad la que sería suplantada en sus trabajos debido a su escasa efectividad en comparación con tal nueva especie tecnológica. Y al respecto habría que decir que ello se debe no a que la misma pueda suplantar al hombre en cuanto tal, sino a que puede hacerlo simplemente con aquella función limitada y fragmentaria en la cual en épocas terminales se ha visto reducida a funcionar su inteligencia. En efecto tal como se decía desde Aristóteles el intelecto tiene dos funciones: la intuitiva y la discursiva. Siendo la primera la principal en tanto es la que nos vincula con las esencias espirituales que informan a las cosas. La segunda es la relativa al lenguaje y al discurso por la cual la inteligencia humana se vincula con los otros, exigiéndose en tal caso coherencia y logicidad en las cosas que se dicen. Y es indudable al respecto que, si la función intuitiva y esencial, aquella en la cual la máquina se encuentra vedada, disminuye o se reduce a la nada, tal como acontece en tiempos terminales como el que vivimos, también la función discursiva se resienta y por lo tanto en este caso es la máquina, hoy conocida como IA por su sigla, la que puede suplantar al hombre zombie y degenerado, debido a su mayor eficacia y esto no es por culpa de la tecnología que haya avanzado demasiado, sino porque es la humanidad terminal la que se ha degradado hasta límites inimaginables.

Todo esto que estamos diciendo viene al caso al observar nuestra realidad cotidiana en la Argentina justamente en momentos significativos en donde todas las funciones que suelen mantenerse ocultadas vienen a la luz debido al esfuerzo incomensurable que todos asumen para llegar a la conquista del Estado y alcanzar así a realizarse. Es el caso peculiar de este candidato de moda respecto del que se dice que lo votarán casi todos los jóvenes, es decir los más moldeados por la degeneración moderna. Así pues se hace notar en el artículo aquí aludido cómo tal espectro viola el principio lógico elemental de la no-contradicción que sostiene que no puede decirse una cosa y su contraria. Vemos en cambio aquí cómo los distintos candidatos dicen exactametne lo opuesto a lo formulado por su líder. Así pues si Milei dice que está a favor de vender libremente los órganos, su candidata a vice Villarroel dice lo contrario. Si dice que va a dolarizar la economía, su economista principal, el menemista Roque Fernández, se opone a ello, si dice que hay que suprimir el Banco Central, su candidata Mondino dice que no debe hacerse. Si dice que hay que terminar con la coparticipación federal su candidato a gobernador tucumano Bussi dice que no lo hará en manera alguna y así se podría continuar hasta el cansancio. Pero lo peculiar de este hecho no es que las personas repudien un espectro similar que de triunfar conduciría al caos total debido a las notorias contradicciones expresadas por sus integrantes, sino que por el contrario lo apoyen entusiasmados pues se sienten identificados con alguno de ellos. No hay pues duda alguna de que esta humanidad está por ser suplantada por la Inteligencia Artificial.

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