ACONTECIMIENTOS DE MOSCÚ

LAS ENSEÑANZAS DE LOS HÉROES

 

El asalto al teatro de Moscú causa la muerte de 90 rehenes, muchos de ellos  asfixiados por gas | Internacional | EL PAÍS

Hoy, frente a los acontecimientos que son de dominio público, digamos en primer término que el Sr. Putin hubiera podido evitarse la responsabilidad histórica de convertirse en un criminal de guerra que utiliza armas químicas prohibidas (del mismo tipo que según Bush tendría Irak, por lo cual justificaría su guerra punitiva en su contra), de haber concedido las justas reivindicaciones de los secuestradores, es decir cesar con el genocidio al que somete desde hace años al pueblo chechenio y retirar sus tropas invasoras de dicho país.
Consideramos que no existen más razones de peso para que Chechenia se encuentre sometida a Rusia. Ésta ha dejado de ser un imperio, tras la caída del zarismo, por lo tanto ya no hay un Estado carismático al cual exista una necesidad de subordinarse, tampoco posee un Estado fuerte, fundado en una fe ideológica, como el comunista, que por el monopolio de la fuerza y el miedo paralizaba las ansias de libertad, manteniendo de este modo una unidad artificial. Hoy Rusia es un Estado débil que para subsistir debe permanentemente acudir a los auxilios de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional, actuando  además como socio menor de la Nato. De no haber sido ello cierto ¿cómo se explica que un nutrido grupo de combatientes cargados de explosivos y con uniformes hayan podido circular libremente y ocupar una sede en pleno centro de Moscú sin poder ser previamente detenidos?
Pero sería limitado nuestro informe si solamente nos refiriésemos a estos detalles geopolíticos, que en el fondo son secundarios respecto de lo que para nosotros es lo esencial. Creemos que el hecho principal ha sido la inmolación de un grupo de héroes y que el mejor homenaje que puede hacérseles es descifrar el mensaje que nos han dado a través de sus palabras y acciones ya que, debido a la intensidad que presenta su vida, en un héroe en su momento liminal, cuando toda su existencia se encuentra en juego, su sangre resulta ser más instructiva que los ríos de tinta vertidos por políticos, comunicadores sociales y filósofos.
Así pues, poco antes de morir, el leader del grupo, Barayev, dijo a unos periodistas extranjeros que lo entrevistaron estas dos frases que rescatamos aquí. “Nuestra consigna es: Victoria o Paraíso” Y luego agregó: “Nosotros tenemos más voluntad de morir que Uds. de vivir”. Justamente por tratarse de un héroe nos encontramos con un significado dado a la muerte totalmente opuesto del que existe en el mundo moderno y burgués hoy vigente. Para este último la muerte significa la conclusión de un proceso y lo opuesto de la vida, como una nada que se encuentra antes y después del camino de la existencia, tratándose pues de una no-vida. Y como ella está siempre presente como posibilidad en cada uno de nuestros momentos, pues sabemos que en cualquier circunstancia nos podemos morir, el moderno satura su existencia con alucinógenos y objetos alienantes que le permitan olvidar y no pensar en esta angustiante eventualidad. Por ello la vida del moderno, rodeado de objetos inútiles y de conforts, enajenado por tener siempre más con que aturdirse, en realidad es una vida de baja intensidad, lo más próximo a una muerte en sentido de nada, de negación y escapismo, de allí la escasa voluntad de la que hablara nuestro héroe.
Para el hombre tradicional en cambio la muerte no era lo opuesto de la vida, sino propiamente su consumación. Por ello él hablaba de dos tipos de muerte, así como también de dos tipos de vida: la de aquellos que habiéndose escapado de su responsabilidad existencial se disuelven en la nada a través de una existencia pletórica en vanidades y conformismos (y aquí ingresa clásicamente lo que las grandes religiones comprendieron como Infierno, Keol, Nirvana, etc.) y los que en cambio, al asumirla en su plenitud e intensidad, conquistaban el Cielo o Paraíso. Por ello la disyunción que aparece en la consigna Victoria o Paraíso no es excluyente sino inclusiva, ya que en ambos casos es una conquista o en esta vida, haciendo descender el reino de Dios en ella, o en la otra, ascendiendo hacia el reino de Dios. El paraíso es una victoria y la victoria es a su vez el paraíso. No hay pues una ruptura entre las dos instancias, sino una continuidad. Y esto ha estado presente en todas las grandes religiones las que concibieron que la guerra santa o la cruzada contra el infiel, se tratara del cristianismo o del Islam por ejemplo, al tratarse de una guerra justa y sagrada, a quienes morían en ellas les era dado ingresar directamente al Cielo. El mismo cristianismo en la época de las Cruzadas consideró que el combatiente cristiano que moría por la fe iba directamente al paraíso sin pasar por el purgatorio.
Esta similitud entre ambas religiones, aun en su antagonismo exotérico, hizo que grandes órdenes y personalidades de ambas buscaran un entendimiento entre sí. Tal el caso de los Caballeros Templarios (1) que dialogaban en pleno combate religioso con la secta islámica de los Assassins a fin de hallar puntos de coincidencia. O también el Emperador Federico II Hohenstaufen quien constituyera una corte compuesta con figuras representativas de todas las grandes religiones de su tiempo, sin por ello dejar de ser cristiano.
A su vez es significativo el ejemplo dado por las viudas mártires chechenias que componían el grupo en un cincuenta por ciento. Todas ellas lo eran de combatientes muertos en lucha contra el ejército ruso. Su decisión por acompañar a su cónyuge en los caminos del cielo, nos habla del carácter sagrado que tiene el matrimonio, cuya indisolubilidad, según los pueblos tradicionales, era tan absoluta que ni siquiera desaparecía con la viudez. Como un ejemplo paradigmático de ello, en la India védica, en donde se practicaba el rito de la incineración de los muertos, la esposa acompañaba al cónyuge lanzándose voluntariamente en la misma pira.
Estos ejemplos junto a otros son una muestra clara de lo que afirmáramos en el anterior comunicado cuando dijéramos textualmente: el único espacio en el cual hoy en día ha surgido una respuesta clara y contundente en contra de la modernidad ha sido en el ámbito de las naciones islámicas.
Y ante lo cual también reiteramos: Ante la situación de hecho imperante en el mundo nosotros consideramos que la meta esencial de toda persona adherida a los valores de la tradición es la de establecer, siguiendo el ejemplo de los Caballeros Templarios, un nuevo ecumenismo asentado sobre las bases de los diferentes fundamentalismos que puedan constituirse en el seno de las grandes religiones..y , a quienes pertenecemos al espacio de las naciones católicas nos corresponde la gran responsabilidad de llenar esa laguna.

NOTA:

  1. Lamentablemente esto no es lo que acontece con los actuales “Templarios” oficiales, o quienes se dicen tales, los que al parecer se han reconciliado con la Iglesia, la que por tal conducta de diálogo mencionada quemara vivos a sus grandes Maestros. Así pues el “Caballero y Maestre Templario” Fernando Arroyo, en ocasión de los actuales acontecimientos que conmueven al mundo, acaba de llamar a una guerra santa contra el musulmán infiel, el cual sería casi una misma cosa que el presidente Bush, aunque con la diferencia de que éste último no sería tan malo porque reconoce a Cristo como a su Dios. (Véase e-mail colectivo propalado el pasado 27/10 por la Fundación Delpho).

                                                    
                                                                                       Buenos Aires, 28/10/02