ALGUNAS PRECISIONES ACERCA DE LA GUERRA

 

I- Aclaración necesaria

Ante los dos anteriores comunicados del Sr. Alain de Benoist propalados por nosotros los días 21 y 22 de marzo, queremos aclarar que adherimos únicamente al primero de ellos y que el segundo fue emitido tan sólo por pedido expreso de su redactor, no concordando con nuestra línea de pensamiento. Nosotros consideramos que la Nación Norteamericana y no solamente su actual gobierno es actualmente responsable en su conjunto de las permanentes agresiones en contra del mundo, las cuales se han ido desarrollando en mayor o menor grado a lo largo de la historia, a través de todos sus diferentes gobiernos. Y por lo tanto consideramos “legítima y necesaria” toda acción de represalia dirigida en su contra.

II - ¿Por qué Bush declara la guerra?

A contramano de lo que opina la mayor parte de la opinión pública debidamente modelada por todos los periodistas de la izquierda o “compañeros de ruta” concientes o inconcientes de la misma, opinamos que la razón principal de la guerra contra Irak no es la confiscación de sus pozos petroleros, ni alguna otra causa económica complementaria. Que existen en el mundo espacios geográficos con similares cantidades de reservas petrolíferas (Venezuela, Méjico, Canadá) mucho más sencillos de ser conquistados y con acciones bélicas eventuales menos costosas que las emprendidas en Irak. Que la razón principal de esta guerra es la de imponer la democracia en todo el mundo “por la buenas o por las malas”. Al respecto los argentinos hemos sido víctimas de ello luego de nuestra derrota de Malvinas, cuya secuela ha sido justamente esta democracia servil que hoy padecemos, la misma que se quiere imponer en el Medio Oriente. La Democracia, tal como se denota desde los mismos orígenes de Norteamérica, es una verdadera religión inmanentista, de origen judaico y protestante, en su versión secularizada, que, de la misma manera que el dios Jehová, no acepta compartir su altar con otras religiones. Digamos que al respecto a Norteamérica le conviene que entre las personas se imponga la concepción materialista de la historia por la que se cree que los hombres sólo se movilizan por la economía. De esta manera la religión democrática queda a salvo ante la opinión de la gente respecto de sus profundas contradicciones intrínsecas y de su carácter intolerante y exclusivista.
Las razón por la que se ataca a Irak es porque en dicha zona se ha instalado una verdadera oposición combativa y radical ante la concepción del mundo democrática: el fundamentalismo islámico. Una colonia norteamericana en Irak representa una cabeza de puente esencial para destruir al fundamentalismo en el resto del mundo árabe.

  1. Los que “se oponen” a la guerra

La verdadera paradoja de estos tiempos que corren es que frente al belicismo norteamericano ha aparecido una pretendida contrapartida representada por el “pacifismo” del Vaticano y de las Naciones Unidas. Y al respecto se ha dicho que la guerra de Irak ha puesto en crisis a dicha institución debido a la decisión unilateral norteamericana. Nada más falso. La ONU ha cumplido con su objetivo principal cual es lograr el desarme parcial de Irak, el cual, en un período de tiempo suficientemente prolongado, ha ido obedeciendo a las sugestiones pacifistas destruyendo gran parte de su arsenal militar. Luego de tal acción en una maniobra coordinada, los inspectores de la ONU se retiraron para dar lugar a la segunda fase de la operación: la ocupación de Irak. Al respecto digamos que no es cierto que Norteamérica ha invadido Irak porque este país posea armas de destrucción masiva. Justamente es porque no las posee que ha sido atacado. Los líderes pacifistas del planeta se han ido sacando de a poco la careta y explicando sus intenciones. Chirac ha dicho que espera que la guerra sea breve y no que EEUU debe retirarse de Irak. El papa canalla ha explicado al mundo que la invasión ha acontecido porque Irak no se ha desarmado lo suficiente cuando la verdad es, tal como dijéramos, exactamente lo contrario: porque Irak se ha desarmado ha sobrevenido la guerra. Los demás miembros de la ONU han sacado declaraciones del mismo tenor y dicha institución en ningún momento ha dicho que EEUU debe retirarse de Irak. El pacifismo es pues la otra vertiente del belicismo. Representan ambos los dos lenguajes que utiliza la modernidad para desarticular todo lo que se le oponga. Mientras unos desarman, los otros atacan. Los pacifistas hoy proponen que, para evitar que la guerra se profundice y se cobre nuevas vidas, Saddam debería exiliarse. Para ellos, lo mismo que para los norteamericanos, la “vida” es el valor supremo. Una concepción trascendentalista como la que sostiene el fundamentalismo islámico afirma en cambio que antes de vivir en este mundo moderno y democrático, la muerte heroica es preferible. Recordamos una vez más al Papa cuando nos proponía rendirnos en Malvinas para recibir a cambio la vida democrática. Hoy muchos argentinos habríamos cambiado gustosamente morir con heroísmo antes que vivir 22 años de democracia venal. Al respecto queremos decir que como católicos somos más amigos “teológicamente” de los musulmanes fundamentalistas que de la Iglesia güelfa.

  1. La Argentina y la guerra

 Las últimas líneas se refieren a la acción de la Argentina ante esta guerra. Otra de las sugestiones que se nos han impuesto por la prensa obtusa es que todos los políticos argentinos, menos Menem que mandó tropas a la guerra del golfo de 1991, están en contra de hacerle la guerra a Irak. Digamos que, salvando algunas diferencias tácticas, la verdad es que todos están en contra de dicho país y del fundamentalismo islámico y a favor de la modernidad actuando coordinadamente en tal propósito. Al respecto el actual “gobierno” argentino, si bien no mandó esta vez tropas, ha actuado ahora con más eficiencia a favor de la acción contraria al Islam que en aquella circunstancia ya que “curiosamente”, luego de más de siete años, en coordinación con la acción norteamericana, ha declarado que fue Irán, la nación más islámica y fundamentalista, verdadero objetivo último de la invasión yanqui, el que hizo estallar la embajada israelí. Dicho objetivo táctico del presidente Duhalde ha sido mucho más valioso para Norteamérica que las dos fragatas enviadas por Menem en la anterior guerra. Es decir: todos representan más de lo mismo.

POR LA VICTORIA DE IRAK. CONTRA LA INVASIÓN NORTEAMERICANA Y EL “PACIFISMO”.

Buenos Aires, 24 de marzo 2003.