Comunicado N.º 1

 

HAY QUE FRENAR AL FUNDAMENTALISMO YANKI

 

Ante los hechos que son de dominio público mundial el Centro de Estudios Evolianos declara:

  1. El fundamentalismo es aquella postura de intolerancia hacia cualquier tipo de cosmovisión que no sea la propia; la misma puede arribar a extremos de violencia dirigida en contra de todo aquel que no comparta el propio punto de vista, queriendo obligarlo a hacerlo utilizando distintos modos de coacción.

  2. Ante tal postura sectaria e intolerante nosotros sostenemos en cambio el necesario diálogo entre las culturas. Diálogo que no debe ser en modo alguno renunciatario, sino que debe partir de la necesidad de ver en el otro no a un enemigo irreductible, sino en todo caso a un adversario al cual hay que respetar en su especificidad aun en el caso extremo en que ciertas circunstancias llevaran a la ruptura del mismo diálogo o aun a la guerra.

  3. Dicho lo anterior sería un gravísimo error en la actualidad pensar que en el mundo hay un solo tipo de fundamentalismo, el islámico, y más aun el de considerar que este último sería el más peligroso de todos los existentes. Creemos en cambio que si hoy en día  existe un fundamentalismo arquetípico que es la causa de los principales flagelos que sufre la humanidad, entre otros el de ser la usina productora de algunos que le son similares, tal es el fundamentalismo yanqui. El american way of life, estilo de vida norteamericano que ha querido ser impuesto totalitariamente en todo el planeta, es la forma y la manera como se ha manifestado dicho fundamentalismo por el mundo. Justamente unos pocos días antes del atentado, la OEA, organización colonial de tal imperialismo en el continente americano, ha impuesto una norma de cumplimiento obligatorio por la cual si un Estado, aunque hubiese sido democráticamente elegido por el pueblo, no aplica métodos y normas de la “Democracia”, tal como la concibe la constitución de los Estados Unidos, se hace pasible de severas sanciones que pueden incluso llevar a su derrocamiento por la fuerza.

  4. Así como el fundamentalismo religioso considera que quien no comparte su propio punto de vista va al infierno o en la vida es condenado a vivir como un réprobo, el fundamentalismo yanky cree que hoy en día no ser norteamericano, es decir no compartir ni practicar los criterios de “justicia infinita” de dicha civilización, equivale a no ser nada, es decir, a ser un terrorista, debiendo por lo tanto ser pasibles de sus inquisiciones o puniciones en cualquier lugar de la tierra en que nos hallemos, ya que USA acaba de declararle la guerra al terrorismo, esto es, a aquella parte de la humanidad que no acepta ni quiere ser norteamericana.

  5. Si bien somos antifundamentalistas y habiendo aclarado qué es lo que entendemos por dicho término, no consideramos sin embargo que todos los fundamentalismos sean iguales y que si los fundamentalismos lucharan algún día entre sí, tal como sucede ahora, nos consideraríamos con el derecho de elegir a aquel que preferimos.

  6. Como tradicionalistas consideramos que la contradicción esencial que existe en el mundo no es entre fundamentalismo islámico y fundamentalismo yanqui, como erradamente se nos quiere hacer creer, sino entre modernidad y tradición. Es decir, entre una concepción del mundo que pone el acento en los valores espirituales y trascendentes y otra, su antagónica, representada ejemplarmente por los USA, que en cambio pone el eje en los valores materiales y económicos.

  7. Es dentro de este contexto que nosotros consideramos que, a pesar de su sectarismo y extremismo exotérico, el fundamentalismo islámico aun expresa valores espirituales que en cambio no están para nada presentes en el yanqui. El primero funda la existencia en la eternidad y considera a la vida como un tránsito o grado de manifestación. Yerra en cambio en su exclusivismo por el cual afirma que tal vía sólo es posible a través de la conversión al Islam, desconociendo que en cambio también es factible en nuestra civilización occidental, de la cual Norteamérica no es sino una distorsión. El fundamentalismo islámico en su cerrazón confunde pues a los Estados Unidos con el Occidente. Nosotros en cambio consideramos que hay que separar el trigo de la cizaña.

  8. Ante la situación internacional que se ha generado opinamos que representa un deber el de asumir la clara defensa de las naciones islámicas agredidas por los Estados Unidos y sus lacayos, llámense Gran Bretaña, o Argentina en sus gobiernos serviles. La guerra contra el fundamentalismo islámico representa en el fondo la agudización del conflicto esencial que USA tiene con el resto de la humanidad para obligarla a ser norteamericana. Defender hoy en día a Afganistán o a Irak o a Pakistán o a cualquier otra nación islámica, es defender nuestro derecho a ser lo que somos, en nuestro caso concreto, hombres de la Tradición que en este suelo asumen las formas del catolicismo. Y porque queremos seguir siendo católicos es que, ante la farsesca “cruzada” de Bush, contraponemos la verdadera Cruzada representada por las concepciones que aceptan la trascendencia contra aquella que quiere en cambio seguir hundiendo al mundo en el limo de la inmanencia y del materialismo, tal como pretende la civilización yanqui.

  9. Que por lo tanto rechazamos también cualquier actitud neutralista que quiera adoptarse. Hoy en día reputamos como cierto el dilema formulado por Bush de que o se está a favor o en contra de los Estados Unidos. Nosotros estamos en contra.

 

                                                                              Buenos Aires, 22/09/01