Y EL VIEJO DE LA MONTAÑA HABLÓ

 

¿Cómo? ¿No era que Bin Laden no existía y era un invento de los Estados Unidos para dominar el mundo?
¿No era que lo tenían prisionero y esperaban mostrarlo unos días antes de las elecciones, esposado y sin barba, para hacerlo ganar a Bush?
¿No era que, como le congelaron los fondos bancarios, había quedado inoperable?
¿No era que era un agente de la CIA desde la época de la guerra de Afganistán, habiendo actuado junto a Rambo, tal como se mostrara en las películas de Hollywood y que ahora, en tanto seguía cumpliendo fielmente con tal rol, su próximo destino era hacerlo junto a Terminator?
¿No era que, también de acuerdo a la cinta de Michel Moore, era socio de Bush en la explotación del petróleo?
¿No era que no estalló un avión en el Pentágono, ni que hubo “pilotos suicidas”, que se les avisó a la mayoría de los que trabajaban en las Torres que no concurrieran el día del atentado, que el Mossad ya lo sabía todo y lo ejecutó, y que los Estados Unidos e Israel son invencibles? Etc. etc..
¿O habrá que creerle en cambio y por primera vez a la televisión?
Cubierto con un manto dorado, en agudo contraste con el reino de las sombras, el Viejo de la Montaña habló luego de 3 años de silencio.
Habrá que sugerirle entonces al hombre objeto que, aunque sea por una vez, cese en sus hiperbólicas suspicacias y en su fastidioso afán por mostrarse sumamente inteligente e informado y que aprenda en cambio a ver y a escuchar.
“No solamente Uds. los norteamericanos e israelitas tienen el derecho a bombardear nuestras ciudades, masacrar a nuestro pueblo, exterminar a nuestros niños. Tampoco pueden obligarnos a pensar que sus crímenes pueden permanecer impunes y esperar de nosotros la pasividad o que incluso los felicitemos por vuestra espléndida democracia y tecnología. Ni tampoco tienen el derecho de hacernos creer que no se les puede hacer nada y que son imbatibles y que si vuestras Torres estallaron es porque sólo Uds. lo pudieron hacer. No tienen por qué creer que por que hay personas cobardes y que se rinden, en tanto consideran a la vida como el valor supremo, no existan quienes son capaces de inmolarse por un ideal, que prefieran morir antes que ser yanquis. Para los primeros pues todos los montajes que fabrica vuestra tecnología mediática, proporcionándole un consuelo ante la propia impotencia, para los que no se rinden en cambio, la vía del héroe.
Y Uds. pueblo norteamericano, que se conforman pensando que con Bush o Kerry puede cambiar algo, asuman la responsabilidad de exigir a vuestros gobernantes de dejar tranquilo al mundo. Sólo de esta manera Uds. pueden volver también a vivir tranquilos. Ésta debe ser la dura enseñanza a recabar del 11 de septiembre.
Se les engaña haciéndoles creer que odiamos la libertad. Todo lo contrario, porque somos libres es que queremos que nuestra patria también lo sea.”
(Osama Bin Laden, en traducción libre)

Buenos Aires, 31-10-04