IRAN ¿OTRA VEZ EN LA SENDA DEL FUNDAMENTALISMO?

 

Las recientes elecciones de Irán han causado una verdadera sorpresa para los encuestadores occidentales consuetudinarios. Resulta ser que, en contra de todos los pronósticos y testeos electorales, ha salido segundo y a menos del uno por ciento respecto del primero, el líder de la fracción más radical e incondicional seguidor de la Revolución Islámica inaugurada por el ayatollah Khomeini, el actual alcalde de Teherán, Mahamoud Ahmadinajad, obligando así a la realización de una segunda vuelta electoral, algo que nunca había sucedido desde que se instaurara tal republica.
Ha causado gran preocupación entre los norteamericanos y aliados las declaraciones del inesperado vencedor. Ha dicho que se opondrá a cualquier acercamiento hacia Occidente, que mantendrá el proyecto de expandir el desarrollo nuclear de Irán, que se opondrá a oficiar de mediador en el conflicto del Medio Oriente y que combatirá con inusitado vigor todas las reformas modernas y feministas que se quieren imponer en su sociedad en detrimento de los principios esenciales de la Revolución Islámica. “Considerar que nuestra revolución se ha hecho para instaurar una sociedad democrática resulta ser el mas grande de los absurdos concebibles”, ha manifestado textualmente Ahmadinajad. Es de esperar que este repunte repentino del fundamentalismo en Irán, luego del repliegue acontecido con los regímenes de Khatami y Rafsanjani, represente una expansión del tal causa encontrando de este modo una unión de objetivos con otros movimientos similares existentes en la región, tales como el de Al Zarkawi en Irak, en Egipto con Al Zawiri y en Afganistán con el Mullah Omad. Todos ellos bajo la jefatura espiritual de Osama Bin Laden. Gran preocupación entonces para el presidente Bush el cual al parecer con sus declaraciones respecto del acto electoral en tal país instando a votar por las reformas democráticas, ha logrado generar un efecto contraproducente e inesperado para sus intereses que lo apostaban todo al candidato más prooccidental, el reformista Mostafá Mon, al que las encuestas ubicaban en el segundo lugar, pero que en cambio salió apenas en el quinto. Esperemos que la próxima elección del viernes 24 en la que se efectuará la segunda vuelta electoral signifique incremento para el nuevo líder fundamentalista. Cualquiera sea el resultado las cosas no volverán a ser iguales en tal país, cuna del movimiento fundamentalista islámico.