Acontecimientos del Medio Oriente
EL GRAN DILEMA DE “OCCIDENTE”

 

Una serie de acontecimientos, en apariencias diferentes entre sí, están sucediendo en el Medio Oriente conformando todos ellos un panorama sumamente homogéneo.
Por un lado nos encontramos con la precipitada fuga y desmantelamiento de asentamientos judíos en la Franja de Gaza. Por el otro con la decisión unilateral de Irán de continuar con su programa nuclear, a pesar de todas las amenazas recibidas en contrario y finalmente con la cada vez más victoriosa ofensiva rebelde sea en Irak como en Afganistán que está logrando en forma permanente y paulatina desestabilizar la región y precipitar también allí la fuga de las fuerzas aliadas norteamericanas inglesas y españolas entre otros. Casualmente en este último país un misil tierra-aire del ejército talibán acaba de abatir un helicóptero del ejército invasor causando la muerte “accidental” de 17 soldados españoles. Ese mismo día en Irak una vaca cargada de explosivos estalló al paso de un convoy, sin indicar la nacionalidad del mismo, causando la muerte de unas veinte personas. Tales noticias, en la medida que se han convertido en rutinarias, no ocupan los lugares que se merecen en los diarios y porque además resulta sumamente conveniente para el poder de turno sembrar una profunda censura sobre los éxitos del enemigo fundamentalista. Lo único que no se sabe aun es el día en que a la retirada israelí de Gaza se le sumará también la de Estados Unidos y sus lacayos de Irak y Afganistán.
El fracaso del sionismo por constituir el Gran Israel se ha debido a dos factores concurrentes. En primer lugar a la resistencia árabe palestina en aceptar el dominio judaico-occidental sobre sus territorios. La misma por su heroica perseverancia ha logrado con el tiempo que las colonias instaladas no superaran, luego de casi cuarenta años de asiduas intervenciones, el 1 % de la población. Y además por el otro, al hecho de que los judíos no necesitan en manera alguna, para no ser discriminados y progresar, instalarse en Palestina pues el actual “Occidente” se encuentra en una actitud suficientemente afín con tal comunidad como para justificar sacrificados asentamientos en tales desérticos y riesgosos territorios. La paradoja hoy ha sido que el continente que antes los persiguió hasta el cansancio a través de pogroms y campos de concentración, hoy les ha abierto las puertas fraternalmente haciendo así realidad aquella famosa frase de Carlos Marx en sus escritos juveniles. “El judío ha logrado emanciparse en tanto ha logrado que el Occidente se judaizara al adoptar su religión, la del dinero”. Clara expresión de todo ello es que la población de origen judaico existente en los Estados Unidos supera en la actualidad largamente a la que existe en Israel y son cada vez más escasos los judíos que deciden irse a vivir a tal país, salvo casos muy excepcionales de grupos religiosos extremistas. Por otra parte no es un misterio para nadie que la presencia norteamericana en el Medio Oriente se explica principalmente para asegurar la existencia de tal Estado en permanente peligro de existencia por el acoso de sus vecinos, salvo el caso de que se haya logrado constituir regímenes “democráticos” y serviles como los de Egipto, Jordania y Arabia Saudita. Sin embargo son demasiados los inconvenientes y fracasos que conllevan tales intervenciones como para justificar mayores iniciativas al respecto. Es en razón de las aludidas frustraciones y del hecho de que USA ya esté pensando en “disminuir sus tropas” en Irak y Afganistán lo que explica que Irán haya decidido impulsar su proyecto nuclear. Además Norteamérica sabe que, en tanto permanezca en tales territorios ocupados logrará el milagro de unir a las facciones musulmanas más irreconciliables como los chiitas iraníes con los wahabitas de Al Qaeda, lo cual significaría un peligro verdaderamente supremo para ellos. Cada vez son más los que piensan, jerarcas judíos inclusive, que tan sólo su retirada podría generar un conflicto interno por el liderazgo. Pero el riesgo es que la misma conlleve también la desaparición de Israel. Grave dilema pues para el “Occidente”.

Buenos Aires, 17-8-05