PUTIN Y CHÁVEZ: ¿ENEMIGOS DE NORTEAMÉRICA?

 

En los últimos tiempos, debido a la gran desazón que causa el dominio universal de los Estados Unidos han surgido una serie de pretendidos líderes alternativos a los cuales algunos, en manera muchas veces desesperada, han acudido a ensalzarlos en ciertos casos como verdaderos adalides de una lucha por la liberación de tal poder. Tal ha sido el caso de los dos gobernantes Putin y Chávez, los que para algunos representarían los verdaderos líderes y paradigmas a seguir. Sin embargo en estos días ciertas importantes noticias sobre los mismos seguramente pondrán en crisis a muchos de ellos, no a todos pues no hay peor ciego que el que no quiere ver. Vayamos a los dos casos señalados:

Putin
Una verdadera catarata de obras de disidentes rusos de distintas ideologías acaba de aparecer en forma llamativamente simultánea por lo que se está señalando un verdadero estado de ánimo existente en la sociedad rusa contrastante en un todo con los panegíricos a Putin que en cambio circulan entre cierta prensa occidental (1).
En una reciente obra titulada Vladimir Putin: segundo mandato, escrita por el ex disidente socialista Roj Medvedev, se enumeran un conjunto de pasajes críticos de la obra de gobierno de este misterioso personaje aparecido en escena hace seis años cuando en forma repentina el ex presidente Yeltsin lo presentó televisivamente como su sucesor. ¿Pero qué representa en verdad este Sr. Putin, antiguo espía de la KGB y hoy erigido en el eje aparente del poder en Rusia? Luego de haber transcurrido gran parte de su segundo mandato presidencial, el que debería concluir en 2008, salvo reforma constitucional mediante, Medvedev opina que igualmente continuará en funciones a través de lo que él denomina el “partido del poder”, es decir de “Rusia Unida” el cual cada vez se parece más al viejo partido comunista de la ex Unión Soviética tal como existía en el último período de Brezhnev y Andropov, debido a su carácter autoritario y tiránico con el que se ha entramado en los altos cargos del Estado con la finalidad expresa esta vez de favorecer el accionar de un conjunto de mafias inescrupulosas y con extralimitados apetitos económicos.
A su vez Aleksandr Prokhnov, en su novela El politólogo,pone también a Putin en la galería de las figuras políticas monstruosas y simultáneamente cómicas que pueblan la vida política de la Rusia actual. Animado de nostalgias stalinianas, Prokhanov opina que Rusia Unida es el “partido de la traición” que ha favorecido al imperialismo norteamericano aun más que sus antecesores Yeltsin y Gorbachov. Su pretendido patriotismo no es otra cosa que un “patriotismo de sinvergüenzas” y de simulación para justificar todos los saqueos y corrupciones a los cuales es sometido hoy en día el pueblo ruso el cual vive en un verdadero estado de catástrofe moral, tal como en el fondo desea íntimamente Norteamérica para anularlo como posibilidad.
Se ha creído también falsamente que el principal sostén ideológico de Putin se hallaba en una nueva tendencia ideológica constituida en los últimos tiempos, el nacional-comunismo, el que en el Occidente ha tenido una serie de propulsores encargados de construir una imagen ficticia de tal gobernante entre comunidades que han tenido la suerte de no padecer su opresión. Sin embargo tal tendencia, que existe realmente, en sus principales expositores en Rusia no opina lo mismo que los ideólogos que deambulan por Europa. Así pues el nacional-bolchevique Eduard Limonov en una obra sugestiva titulada: Un presidente así no nos sirve y acompañada de un subtítulo muy preciso: Contra Putin, sobre una tapa roja y negra, simbolizando los dos colores de su partido, en el cual la extrema derecha y la extrema izquierda se agrupan, manifiesta textualmente: “Nuestra ideología es el furor del Che y de las Brigadas rojas, la cortante sabiduría de Lenin, la elegante locura de Mussolini, la sobria virilidad de las SS, la expresiva pasión de los chequistas, la pipa y las botas de Stalin”. Y a continuación enumera una serie de características por las cuales el presidente Putin representa la antítesis de tales principios pues se trata de un verdadero felpudo de los Norteamericanos escondido tras un barniz de pseudonacionalismo, que ha constituido una verdadera mafia de individuos inescrupulosos que utilizan el poder tan sólo para enriquecerse.
Desde otra óptica ideológica, opuesta a la de Limonov, Mikhail Berg, antiguo disidente soviético en la época del comunismo y gran conocedor de Gulags y persecuciones, ha publicado una Carta al Presidente Putin al cual tutea por tratarse de alguien de su misma generación. Opina él también que se trata de un régimen represivo y dictatorial, pero que, a diferencia del antiguo comunismo, todo se lo hace no en función de una ideología, sino de la satisfacción de mezquinos intereses materiales.
Y podrían multiplicarse los testimonios cada vez mayores de autores de las más variadas extracciones ideológicas que repudian al sistema tiránico de Putin coincidiendo todos en que se trata de un régimen contrario a los intereses de Rusia y al servicio de intereses foráneos a pesar de un cierto cacareado “nacionalismo”, el que no es sino una pantalla para esconder otras finalidades sumamente mezquinas.
A nivel internacional bien sabemos que Rusia ha acompañado siempre a los Estados Unidos, avalando la invasión a Afganistán y no oponiéndose en ningún momento, salvo a través de expresiones verbales de compromiso, a la invasión a Irak. Más aun es el régimen que más estimula a los norteamericanos a ser más drásticos con el fundamentalismo islámico. Se sabe que Putin critica la invasión a Irak porque teme que la consecuencia de la misma sea la instalación de un régimen fundamentalista de gran dureza, el que representaría un severo peligro para sus intenciones de perpetuarse en el poder.

Chávez

No vale la pena dedicar grandes elucubraciones sobre la obra “bolivariana” del narcisista populista Chávez, gran “enemigo de Norteamérica” y un verdadero “peligro” para tal “imperio”. Desde que está en el poder, junto a su notoria verborragia, las relaciones de su país con Norteamérica han sufrido el siguiente cambio. La exportaciones con Estados Unidos han pasado de 15.200 millones a 34.187 millones en 2005 y tienden cada vez más a incrementarse. Aunque no se crea que han sido solamente de petróleo, sino también de hierro, acero y vehículos. Y a su vez las importaciones de tal país han aumentado de 5600 a 6400 millones. (La Nación, 9-5-06)
Es decir que mientras que a otros Chávez les sugiere el “antiimperialismo”, en su país en cambio aumenta vertiginosamente su dependencia respecto del mismo.

 

(1) Sería muy tedioso enumerar todos los grupos nacional comunistas europeos y latinoamericanos que hacen cotidianamente la apología de Putin, pero entre los más sonados (en todos los sentidos) se encuentra la obra de un tal Jean Parvulesco que se titula Vladimir Putin y Eurasia, citada elogiosamente en la revista Ciudad de los Césares n.º 74-75 (septiembre-diciembre de 2005), en la que atribuye a Putin caracteres de salvador universal.