EL TALIBÁN Y LA BONAFINI

Hebe de Bonafini contra Cerruti: Me calenté y la eché6,243 Burka Imágenes y Fotos - 123RF

Burka o pañuelo?

 

Hebe de Bonafini, conocida titular de las Madres de Plaza de Mayo, acaba de enviar, a través de un delegado ad hoc, el Padre Farinello, una adhesión al gobierno de Irán simultáneamente con un repudio a una eventual invasión norteamericana a tal país. Circunstancia ésta que lamentablemente, tal como veremos, no llegará a concretarse y solamente quedará en el terreno de las palabras y de las amenazas desde ambas partes. Pero con toda seguridad lo que la Sra. Bonafini no repudiará nunca, lo mismo que el padre Farinello y la institución a la que pertenece, será la invasión real y efectiva que Norteamérica, junto a la colaboración de otros 26 países satélites, propina al pueblo de Afganistán. Y ello por la razón muy sencilla de que la ideología que sustentan las "Madres" de todos los colores es la antítesis exacta de lo que en cambio expresa de manera cotidiana el movimiento Talibán quien combate no con amenazas verbales y guapeadas a los norteamericanos, sino que los enfrenta de manera efectiva en el terreno de las armas, habiendo resistido con una pertinacia sin igual una ocupación que ya lleva casi seis años, sin haberse rendido ni echado atrás en ningún momento. Es que ni Farinello, ni la Bonafini podrían pisar jamás el suelo afgano. No porque a la “madre” puedan obligarla a mutar su pañuelo por el burka, sino porque la ideología que ella representa es repudiada abiertamente por el talibán.
Nos remitimos al respecto a lo sucedido justamente en la semana pasada cuando en el Parlamento de ocupación afgano, impuesto democráticamente por los norteamericanos, la diputada Malalai Joya, un equivalente de la Bonafini en tal país, propuso la aprobación de una ley que castigara todas las violaciones a los derechos humanos acontecidas en los últimos 25 años, desde la misma época de la ocupación soviética hasta la caída del régimen talibán. De manera inmediata 25.000 mujaidines invadieron las calles de Kabul bajo la consigna: "¡Muerte a Malalai Joya!", ¡Muerte a los derechos humanos!" y también en consecuencia: "¡Muerte a los Estados Unidos!", "¡Muerte al régimen de ocupación!". De este modo no solamente la ley quedó sin aprobar, sino que el parlamento votó una amplia amnistía en la que quedan incluidos los mismos talibanes. Tal hecho resulta en verdad paradojal pues acontece justo en vísperas de la ofensiva de primavera en la cual 10.000 talibanes, junto a 2.000 kamikazes enfrentarán en un campo de batalla, en una guerra que dejará de ser asimétrica, a las fuerzas de la OTAN y del régimen de Karzai que los quintuplican en número. Es decir en vísperas de la verdadera guerra y no de las peroratas de Chávez y Ahminejad que entre amenaza y amenaza le surten de combustible a los países invasores de Afganistán.
Fueron también significativas las palabras emitidas por el mujaidín Abdul Rassul Sayyaf durante el acto: "Nosotros defendemos la dignidad que es más importante que la vida". Es decir lo opuesto exacto de la filosofía de las Madres para las cuales la vida representa el valor supremo. Es de recordar que el superior de Farinello en 1982 instó a nuestros compatriotas a aceptar la paz con los ingleses a cualquier precio, pues la vida era para él el bien más importante. El talibán opina lo contrario: "Es preferible la muerte antes que una paz que signifique estar sometidos".
Pero si bien Farinello y Bonafini aconsejan a los norteamericanos no invadir Irán y no dicen nada respecto de Afganistán, el general ruso Víctor Yermankov, veterano en la invasión soviética a tal país en la década del 80, afortunadamente llena tal laguna. Desde el Instituto ruso de evaluaciones estratégicas que hoy preside da estos consejos a los norteamericanos. "En 1980 nosotros también creíamos que íbamos a controlar fácilmente este país, pero después de un tiempo empezaron a caer nuestros helicópteros, luego nuestros hombres comenzaron a morir de a miles hasta que tuvimos que irnos. Uds. están todavía a tiempo: ¡Váyanse antes de que sea demasiado tarde!".
Queremos decir que al respecto nuestro pensamiento es diferente de el de Bonafini, Farinello y Yermankov. ¡Queremos que sea demasiado tarde! Norteamérica es un imperio de historieta que arrastra el síndrome de sus propios presidentes. Así como tiempo atrás del presidente Ford se decía que era tan incapaz que no podía hacer dos cosas al mismo tiempo, como caminar y masticar chicle, hoy en día con Irak y Afganistán ha también demostrado que no puede hacer dos guerras simultáneamente. Había empezado exitosamente la de Afganistán derrotando en pocos meses a los talibanes sacándolos del poder, luego al meterse inopinadamente en Irak terminó yéndole mal en las dos guerras. ¿Qué le pasaría si además se quisiera meter en la de Irán? ¿Qué pasaría si lograra unificar en su contra a chiítas y sunnitas? A diferencia pues de Bonafini queremos que invada Irán, así como queremos que, a diferencia de Yermankov, se quede en Afganistán. Queremos pues el final del imperio norteamericano.

Marcos Ghio
Buenos Aires, 26-02-07