LA MENTIRA MUCHA ROPA LLEVA, LA VERDAD DESNUDA VA.

 

La verdadera naturaleza de nuestra mente es idéntica con lo Absoluto y este es trascendente e invulnerable, como el Cielo, que no queda afectado por las nubes ni el viento.
Sin embargo los seres humanos tienen tendencia a hacer ídolos, dando color, forma, medida, sexo, etc., a esta Realidad ultima. Algunos pretenden que el hombre esta incompleto, que es necesario humanizarlo mediante el trabajo, con alguna maquina, algún producto químico, acelerar una supuesta evolución. Incluso muchos de los que aceptan la pureza original intentan alcanzar esta perfección natural apegándose a dife­rentes métodos, algunos muy sofisticados, rumiando sus emociones y pensamien­tos, incluso pretendiendo no seguir ningún método, educando a la gente de diversas maneras, sembrando la discriminación y la violencia.
En particular mucha gente todavía se cree que "Pienso luego existo", propo­niendo como remedio supuestamente libertador la alfabetización y una educación racionalista, intentando moldear artificialmente a la mente y justificando la  colonización de cualquiera que se niegue a este "progreso" o su encierro en un manicomio. Los comerciantes intentan vendernos una identidad de consumo, imponiéndonos cuerpos de eterna belleza,  los dirigentes de los partidos políticos y del estado pretenden ser los propietarios de nuestra supuesta identidad e intentan modelar nuestra mente y estampar su  sello y su bandera, normalizando y digitalizando.  Sin embargo lo mejor es dejar que lo Absoluto fluya naturalmente, ya dijo San Juan de la Cruz: "Señor, deja que mi silencio dé lugar a tu voz". Es evidente que cuando más sencillo y directo es un camino menos son los riesgos de perderse. Dejar la mente relajada y abierta hace que el camino ya contenga la meta.

Un texto que me ha fascinado particularmente, cuyo titulo en latín es “De adherendo Deo”, tiene por autor al  propio maestro de Sto. Tomás de Aquino, el dominico San Alberto Magno  (1200‑1280), coetáneo de Federico II Hohenstaufen y del también dominico Maestro Eckehart (que lo cita en sus sermo­nes, entre otros en uno sobre la pobreza de espíritu: “El obispo Alberto dice que es un hombre pobre aquel que no encuentra ninguna satisfacción en lo que Dios ha creado, y esto esta bien dicho, pero nosotros lo diremos todavía mejor, nosotros tomamos pobreza en un sentido más elevado: este es un hombre pobre: el que no quiere nada, que es nada y que no tiene nada”), doctor de la Iglesia, un hombre que era un místico y también un gran erudito en muchos campos, siendo una de sus obras maestras científicas "El tratado de los vegetales". También escribió una "Suma Teológica". Es consi­derado Doctor Universal de la  Iglesia. Uno de sus discípulos fue Raimón Marti, amigo de Arnaldo de Vilanova. Uno de sus continuadores remotos es Angelus Silesius en el siglo XVI. Los dominicos son una orden mendicante creada por Santo Domingo de Guzmán, con un especial énfasis en la formación científica para proporcionar buenos predicadores, moralmente dio gran importancia a llevar una vida pobre, predicando por el ejemplo contra la corrupción eclesiástica que era un estimulo al crecimiento de las herejías. Entre otros famosos dominicos está Raimon de Penyafort (1185-1275), que consagro la parte final de su vida al apostolado entre árabes y judíos. Otro es San Vicente Ferrer. Algunos misioneros dominicos llegaron incluso hasta China en la Edad Media.
Era el hijo mayor de un noble importante al servicio de Federico II (abuelo de Alfonso X el Sabio). Cuando su padre estaba guerreando por cuenta del emperador en Lombardía, San Alberto Magno estudio en Padua y allí fue atraído por la orden dominica. Fue lector en Teología en Hildesheim, Freiburg am Brisgau, Regensburg y Strassburg. Hizo su doctorado en París y expuso allí "Las Sentencias" de Pedro Lombardo.
Defendió tajantemente la separación entre el dominio de la Revelación y el de la razón humana. Defendió la autonomía de la razón pero considerando superior la Revelación.
Sus escritos eucarísticos como "De sacramenti  Eucharistiae" inspiraron muchos autores en la Edad Media.

Consideraba que: "Nadie puede ser buen filósofo si no posee a la vez la cien­cia de los dos maestros, Aristóteles y Platón".  La recepción de Aristóteles provoco que las siete artes liberales se transformaran en filosofía escolástica. Estas siete artes se pueden corresponder con siete de los nueve cielos de la cosmología medieval. Escribió textos sobre Porfirio y Dionisio Areopagita. Menciono estos hechos por que hay mucha gente que cree que la mística es algo propio de gente ignorante. Pero lo principal para él era la practica espiritual: "Por la oración y la piedad, se alcanza más en la ciencia divina que por el estudio". Era un gran devoto de la Virgen, escri­biendo un "Tratado de las perfecciones de la Santísima Virgen", que recoge numerosas oraciones. También escribió un comentario al "Cantar de los Canta­res".

Para él: "El esplendor del alma se culmina con la verdad", "la fe es una luz que informa el intelecto." Consideraba que la felicidad contemplativa es el bien último, perfecto, suficiente y fin de toda actividad, siendo la voluntad un apetito racional. San Alberto Magno afirmaba "Como vemos el santo es el más feliz."

+Las obras de San Alberto Magno constituyen un todo orgánico en 3 secciones: ciencias lógicas, filosofía (que incluía ciencias naturales, matemáticas, y metafísica), ciencias naturales.
Dice: "el hombre está situado en el centro de la creación y entre materia y espíritu y entre tiempo y eternidad". Este papel mediador del hombre en el Universo recuerda el de la Triada: “Cielo, Tierra, Hombre” en la filosofía taoísta.
Considera el universo como una globalidad jerárquicamente ordenada, que sale y vuelve a Dios. Ello justifica el uso de la analogía y el simbolismo. Y la critica de precursores del racionalismo como Averroes. Contra Averroes escribió  específicamente: “De Unitate intellectus.”

San Alberto afirma: "Dios está más allá del Ser y del  No-ser"  lo que supera ampliamente las concepciones antropomórficas y sexistas de la divinidad.
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Consagro iglesias y  altares. Según la leyenda trazo los planos de las igle­sias que consagraba y estaba vinculado a las hermandades de constructores, los "Bauhute", equivalentes alemanes de las hermandades artesanas francesas. Recibió en una visión en sueños de la Virgen y de los cuatro márti­res coronados los planos de la Catedral de Colonia.
Habría fabricado autómatas, que estudia en sus obras.
Era un gran conocedor de la filosofía musulmana, citando frecuentemente auto­res musulmanes. Esta fuertemente influenciado por el neoplatónico Proclo vía “El libro del Bien puro", compilado por un autor árabe desconocido en el siglo XI. También recibe influencias del hermetismo a través de diversos libros como "El libro de los 24 sabios" de origen árabe. Según el arabista Gomez Nogales, San Alberto Magno es uno de los autores de la Edad Media que más amplio conocimientos tiene de la filosofía musulmana. Cita numerosos autores árabes.

Entre sus inspiradores también está San Agustín que decía: "Si comprendes, no es Dios." Otro de sus posibles inspiradores es Origenes del que toma el tema de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Fue uno de los raros exponentes de esta devoción en su siglo, devoción que posteriormente se desarrollaría mucho más. Considera el corazón a varios niveles, desde el nivel físico al nivel de sede del alma, de las virtudes y de la contemplación intima. Del corazón  de Jesucristo mana la sangra redentora, la Iglesia y los sacramentos. La relación con practicas contemplativas de otras tradiciones donde la concentración se practica también en el corazón, centro del ser, es evidente.  

Dante lo coloca en el Paraíso, cerca de Santo Tomás de Aquino.
Recomienda mucho la practica del silencio, recordando los Proverbios de Salo­món, 25: "El que sabe hablar, aprenda a callar" Santiago, Cáp. 3: "Donde no hay freno en la lengua, no puede haber perfección", y Matth. 12 : "De cual­quier palabra ociosa que hablaren los hombres, darán cuenta el día del juicio". Respecto a la actitud frente al sufrimiento dice: "Cuando el hombre sufre, a menudo se imagina que su vida es inútil a los ojos de Dios, pero cuando es incapaz de rezar o de  efectuar buenas oraciones, sus penas y sus deseos le acercan más Dios que muchas oraciones cuando goza de buena salud."  Recuerda que como dice el Evangelio cuando se reza, se entra en el interior de su casa, rezar también es ascender y penetrar en uno mismo. Recomienda concentrarse en el tesoro celeste, en la perla preciosa,  custodiar el depósito sagrado.
El recuerdo, el pensamiento, el amor, corresponden a la memoria, la inteligencia, la voluntad que es necesario retirar de lo creado para unirse a Dios. La oración es una ascensión de la mente hacia Dios. Recordemos aquí lo que de dice el texto "Spiritu et anima”: "Subir hacía Dios es entrar en uno mismo."

Un elemento clave dentro de la visión de San Alberto Magno y de sus continuadores es el de sindéresis, la chispa eterna de nuestra alma, espejo y medio de comunicación con la Divinidad.
 
El fragmento seleccionado me ha parecido muy contundente. Espero que su lectu­ra sea útil para la propia vida de cada lector.
Es una sección del capitulo VIII del "Libro de la Perfección espiritual o  Unión íntima con Dios (como el hombre debe entregarse completamente a Dios, guardando una total desnudez mental)":

"Ante todo, por lo tanto,  importa  que guardéis vuestra mente bien desnuda, sin imágenes sensibles y libre de todo lo que podría traer un embarazo cual­quiera. Por lo tanto no os preocupéis ni de este mundo, ni de vuestros amigos, ni de la prosperidad, de vosotros mismos ni de otros, ni siquiera demasiado de vuestros propios pecados. Pero, con una cierta simplicidad de pureza y sin imágenes, pensad que estáis fuera de este mundo, solos con Dios: como si vuestra alma se encontrara ya en la eternidad, lejos del cuerpo, en el estado de alma separada. Ciertamente, en este caso, no se ocuparía de las cosas de esta tierra, no se dedicaría a inquietarse por lo que ocurre en el mundo, si hay paz o guerra, si hace buen tiempo o llueve, ni de otra cosa alguna de este siglo; sino que, en plena conformidad con Dios, solo tendría sus pensamientos, deseos, afectos, solamente ocupados por Dios solamente.
Por lo tanto, al modo de esta alma, dejad ya este cuerpo vuestro y todas las cosas creadas, presentes y futuras; y en la desnudez y el desapego, mantened la punta de vuestra mente inmutablemente fija, tanto como podáis, sobre esta luz increada. Tened la mente purificada de toda imagen que pudiera embarazaros y velaros esta luz: como un ángel atado a un cuerpo, que no esta estorbado por las operaciones de la carne, que no se embaraza de pensamientos vanos y fúti­les.
Que el espíritu se fortifique contra las tentaciones, las persecuciones, las injurias de todo tipo: de tal modo que, en una u otra fortuna, siempre igual a vosotros mismos, permanezca inquebrantablemente establecido en Dios.
Y cuando sobrevenga la turbación, el asco, la impotencia, sobre todo no os enderecéis con una especie de rigidez estoica ni os dejéis abatir, no corred tampoco a las oraciones vocales o a otras prácticas exteriores para buscar algún consuelo sensible. No tengáis más que una sola preocupación: restablece­ros por la buena voluntad, en la región del espíritu; y manteneros unidos a Dios por esta parte alta de vuestra alma, lo quiera o no lo quiera la parte inferior y sensible.
El alma fiel debe estar unida a Dios, tener y rendir su voluntad conforme a la voluntad divina, en este punto, no tiene que tener ninguna ocupación interior o de atadura con ninguna criatura: como ella era antes de la creación; y como sino existiera nada más que Dios y el alma; y, en este estado, recibirlo todo, tanto lo general como lo particular de la mano de la divina Providencia, con una perfecta ecuanimidad interior y con una inquebrantable seguridad: en todas cosas, esperando tranquilamente el Señor tranquilamente en la paciencia, el silencio y la paz.

Desnudar su mente de toda imagen, es por lo tanto el medio soberano de llegar a una vida verdaderamente espiritual: a esta unión con Dios que se hace en la parte alma del alma por la buena voluntad y que vuelve el alma conforme con Dios.
Es de este modo que entraréis plenamente en el espíritu de vuestra vocación (nota 1: religioso significa ligado a Dios). Entre vosotros y Dios ya no habrá intermediario. Pues de fuera ya no os queda ninguno, el voto de pobreza volun­taria os ha quitado hasta la cosa más pequeña, el voto de castidad, vuestro propio cuerpo, y el de obediencia vuestra voluntad y vuestra propia alma.
Pero que seáis  religiosos, vuestro oficio, vuestro estado y ahora vuestro habito, vuestra tonsura y las otras señales semejantes lo demuestran. ¿Pero sois un verdadero o un falso religioso? Sois vosotros mismos que lo tenéis que saber.
Considerad por lo tanto si estáis por debajo de vuestra vocación y que seríais culpable con Dios y contra toda su justicia, si obrarais  de otro modo del que acabamos de decir, o sea si por el corazón y la voluntad os atarais a la criatura más que al Creador y dierais a la criatura la preferencia sobre el Creador."

El texto esta dedicado a personas que ya han pasado por toda la fase purgati­va, de las tres etapas: purgativa, iluminativa, unitiva. Es decir que ya tienen la caridad bien desarrollada y una voluntad firme.
Es una versión con comentarios de Matthieu‑Joseph Rousset, hacia el año 1850. Los comentarios hacen frecuente referencia a San Bernardo y Taulero. El de este capitulo en concreto cita a Taulero: "Nadie puede penetrar en el abismo puro de Deidad si el mismo no es tan puro como cuando ha salido de las manos de Dios".
Encontré este texto husmeando en una biblioteca. Por la ficha nadie lo había tocado desde su ingreso hace casi 150 años. Es una lastima que textos como estos estén prácticamente enterrados en el olvido, voy a ver si consigo que alguna editorial lo vuelva a publicar, en vez de tanta basura que se promocio­na. Muchas veces la gente tira libros viejos sin saber que tesoros son. Hay gente que acumula durante su vida una magnifica biblioteca y luego sus igno­rantes herederos la destruyen.
Tenemos que superar nuestras raíces y nuestra memoria partiendo de ellas.

El texto esta basado en la teología negativa, que ya fue desarrollada por Dionisio Areopagita, antepasado de toda la mística cristiana. A su vez Dioni­sio Areopagita tiene un fuerte componente neoplatónico. Su pensamiento tiene como una de sus raíces el pensamiento griego, es notorio que Plotino decía que el ascetismo es básicamente purificación, es como un escultor que quita lo que sobra para encontrar la belleza latente. Y que ya las dos famosas inscripciones del templo de Apolo en Delfos decían: "Conocete a tí mismo" y "Nada de más"  (gnóthi seatón, medèn ágan). La pregunta implícita en "Conócete a tí mismo" es ritual y tiene que ser contestada como que uno es idéntico al dios del santuario, Apolo, el dios solar.
Una cita muy significativa de  Dionisio Areopagita, de su obra "Teología mística" dice: "Renuncia a los sentidos, a las operaciones intelectuales, a todo lo sensible y a todo lo inteligible. Despójate de todas las cosas que son y aun de las que no son. Deja de lado tú entender y esfuérzate por subir lo más que puedas hasta unirte con Aquel que está allá de todo ser y de todo saber. Porque por el libre, absoluto y puro apartamiento de tí mismo y de todas las cosas, arrojándolo todo y del todo, subirás espiritualmente hasta el rayo de tiniebla de la divina Supraesencia." San Alberto asume  de Dionisio el proyecto de divinización del alma, de volverse Dios en Dios.
Evagrio Póntico (muerto en 399, uno de los Padres de la Iglesia Griega), el creador de la concepción de los siete pecados capitales, que originalmente relacionan salud física y espiritual, dice: "El intelecto tiene toda su fuerza cuando no imagina ninguna de las cosas de este mundo en el momento de rezar".

 

Evidentemente es decisivo examinar otra de las raíces del cristianismo: el  judaísmo, dentro del cual encontramos precisamente el concepto de “devekut”, que podemos traducir como conexión, adhesión o “communio” con Dios. Este concepto se encuentra primeramente en los escritos de los teólogos medievales judíos, como Bahya ibn Paquda y Abraham Ibn ‘Ezra. “Devekut” viene del termino bíblico “dabac”  (adherirse.) El mandamiento bíblico de Deuteronomio 13, 5 es su referencia. 
Ibn ‘Ezra en su comentario al “Cantar de los Cantares” dice: “Nuestro maestro el Hasid dijo: Lo esencial en el servicio divino de místicos (maskilim) y de aquellos que meditan en su Nombre radica en este (versículo): “Y adhiérete a Él”. Y éste es un principio cardinal de Torá y de la oración, el hacer que el pensamiento de uno sea conforme a su fe, como si adhiriera a lo que está arriba para juntar el nombre de (Dios) con sus letras y vincular a Él las diez sefirot como una llama se junta al carbón. Con su boca debe expresarlo de acuerdo con su paráfrasis, pero en su corazón se debe juntar a él en su verdadera estructura.”
En general se considera que es muy difícil realizar el “devekut” en el mundo material, tan cambiante, que es sobretodo después de muerto que es posible realizarlo. Este concepto de “devekut” fue muy importante en el Hassidismo.
Este concepto esta muy relacionado con el de “kavana”, la intención, la orientación en el proceso de la oración.
Maimóni­des, que explanó muy bien su propia tradición, explica  en su "Guía de desca­rriados"  que predicar atributos positivos de Dios introduciría la multiplici­dad y el cambio en Dios, de lo que se sigue que solo podemos hablar de Dios mediante negaciones. Maimónides es una las fuentes de San Alberto Magno,  así como "la fuente de  vida" de Ibn Gabirol. Rabi Moisés ben Cordovero, discípulo de Rabí Alkabetz nos dice: "Él es toda la realidad, pero toda la realidad no es Él", argumento demoledor contra el panteísmo. Posteriormente un gran maestro de la Kabala, Baal Shem Tov, del siglo XVIII diría: " En la hora del estudio y la oración, no hay velo que separe al hombre de Dios. Incluso sí numerosos pensamientos extranjeros surgen en tí, no son más que vestidos y mantas detrás de los cuales se esconde el Santo, bendito sea Él, sí tu sabes esto, entonces lo que te lo volvía invi­sible, desaparece". Un gran maestro hassidico posterior, Baal-Shem-Tov, daría una definición practica de la oración que también indica la necesidad de desnudar el alma: “La oración es un acoplamiento con la Gloria de Dios. Para la ceremonia nupcial la novia esta vestida, adornada con vestidos de todo tipo, pero en el momento en donde se debe de consumar el matrimonio mismo, los vestidos le son quitados para que los cuerpos puedan unirse el uno con el otro;  es por ello que se dice también: “Es a partir de mi carne que yo contemplare a Dios (Job XIX, 26) pues la oración es la novia que es adornada primeramente con muchos vestidos pero luego, cuando su amigo le abraza, todo vestido le es quitado”. (Vivir en buena relación con Dios).
La cábala considera que "Kether", la corona, es idéntica a la nada: Ayn Sof. Una interpretación cabalística muy sugerente que  la palabra hebrea para "yo" se dice "ani", cambiando el orden de las letras sale "ayn", que significa "nada."
El concepto de “devekut” llegaría a tener una gran importancia en el movimiento “hassidim.”
Como vemos San Alberto Magno asume la herencia cultural griega, hebrea y árabe.


 

En una época y lugar próximas a San Alberto Magno encontramos un movimiento que tuvo un gran éxito popular: las beguinas y begardos, que tenían una línea muy afín, como por ejemplo Hadewich d'Anvers, de la que cito: "No lo es todo exilarse, mendigar su pan y lo demás, los pobres de espíritu deben de estar sin ideas en la vasta simplicidad que no tiene ni fin ni comienzo, ni forma, ni modo, ni razón, ni sentido, ni opinión, ni pensamiento, ni intención, ni ciencia, que es sin orbe y sin limite". Entre los  temas típicos de esta corriente están el practicar la contemplación sin modo, sin motivo, el limpiar el corazón, el ver directamente.

Esta teología negativa ha sido expuesta y practicada por una de las grandes doctoras de la Iglesia en España, recordemos la famosa frase de Sta. Teresa de Jesús: "Solo Dios basta" o "Nada, nada, nada" de San Juan de la Cruz. El gran clásico de la mística inglesa "la nube del no‑saber" (siglo XIV)  dice en su capitulo 9 "En la contemplación, todo recordar, aun de las cosas más santas es antes un obstáculo que una ayuda". San Pedro de Alcantara, maestro de Santa Teresa, también insiste en que hay que abandonar las practicas más formales cuando uno ya puede contemplar.
Frecuentemente los maestros de estas corrientes han recurrido al Sermón de la Montaña, que ensalza la pobreza de espíritu.
Entre otros ejemplos famosos el franciscano italiano, portavoz de los francis­canos espirituales Jacopone da Todi, nacido en torno a 1236 y muerto en 1306, cuya Lode LX, se intitula "Oh, amor de pobreza". Jacopone era un hombre con gran sentido del humor, crítico respecto a la corrupción de la Iglesia de su tiempo, próximo al Papa Celestino V. Giacopone era partidario de una teología negativa, al mismo tiempo que también componía canciones de amor. Fue  otro gran buscador como demuestra la cita siguiente: "Amor, toda habla allende, y bondad sin figura, y Lumbre sin mesura el corazón me enciende".
Desde luego la orientación de este texto es idéntica al Budismo zen con su particular insistencia en dejar la mente en su estado natural. Deberían leerlo los cretinos, supuestamente católicos, aunque desde luego completamente con­trarios a la línea ecuménica trazada por el Papado, que publicaron varios textos de una ignorancia supina sobre budismo en "Catalunya Cristiana", en particular el texto del jueves 10 de febrero 1994, donde se dice que en el budismo se elimina todo deseo para vivir solamente en el vacío y que según Raimundo Panikkar  los budistas no reconocen a las personas, lo cual es una interpretación muy torpe del budismo, solo posible en gente que escriba de oídas y que no tenga contacto con grandes maestros budistas ya que omite que la compasión es una de las principales virtudes ensalzadas por el Budismo y que ignora que el propio catolicismo ha considerado muchas veces la Deidad como algo más allá de cualquier forma. Estos artículos han sido una de las reacciones a una película bastante equivoca doctrinalmente ("El pequeño Buda"). Están en la línea de varios críticos recientes del Budismo Zen, desde puntos de vista católicos que afirman que no se pueden practicar budismo Zen siendo católicos, lo que en ciertos aspectos secundarios es cierto.
*Pero el catolicismo supo tener en el pasado, a veces, una actitud mucho más abierta, por ejemplo Nicolás de Cusa, cardenal de San Pedro de los lazos, consejero del Papa Pío II escribió: "No hay más que una sola religión y un solo culto para todos los seres dotados de entendimiento, y esta religión se presupone en toda la variedad de los ritos" (De Pace Fidei, 1453), dice que al ser Dios desconocido es valido que hayan diferentes maneras de buscarlo, esta justificado que hay múltiples religiones, hay que aceptarlas a todas. Su libro más famoso es "De la Docta Ignorancia", cuyo primer capitulo se intitula: "De que manera saber es ignorar". Otra de sus frases dice: "Llegué a aprender que ignorancia es entender lo incomprensible; y esto pude conseguirlo, no a través de comprensión, sino transcendiendo las verdades perennes que la razón puede recordar."
Ya más remotamente, al principio del cristianismo, encontramos a Clemente de Alejandría que recuerda que la sabiduría de Dios “se manifiesta de muchos y diversos modos (Hebreos, 1, 1) y dice: “¿Quién  es Platón, sino Moisés que habla en hebreo?”
Un contemplativo cristiano de fecha reciente, que también ha estado muy interesado por el budismo, Tomas Merton, hace referencia a San Alberto Magno y en particular al texto comentado aquí.
*

La intención del Budismo se ve mucho mejor en una película como "Bagdad Café", que muestra como la presencia de una persona bondadosa transmuta maravillosa­mente una situación muy dura.
En el Zen es muy famoso el texto "Creer en la mente", de la que cito: "No persigas las marañas externas. Mora en el vacío interno; Sé sereno en la unidad de las cosas y el dualismo se desvanecerá por sí solo".
Otra famosa frase Zen dice " Agarrar la mente mediante la mente, ¿No es esto errar grandemente?" (Inscripción sobre la mente autentica. Sen Ts'an).

El budismo considera que la esencia de la práctica es eliminar los velos que cubren nuestra verdadera naturaleza. Estos velos que oscurecen la mente son principalmente cuatro:
‑El primero es el de la ignorancia, es decir el no‑reconocimiento de la verda­dera naturaleza de la mente. ‑Este primer velo engendra el segundo, el de las tendencias fundamentales de la mente. Consiste principalmente en una visión dualista que implica la divi­sión de la realidad en yo y no‑yo.
‑Basándose en esta dualidad se desarrollan las seis emociones perturbadoras.
‑Dominados por estas emociones se cometen actos negativos que generan un karma negativo.

La filosofía Madhyamika, central dentro del Budismo, justifica lógicamente, en la exposición de Nagarjuna, que no se puede sostener que existe o no existe algo porque el existir o el no‑existir son conceptos opuestos, extremos, que por lo tanto solo pueden definirse en relación el uno con el otro, como la luz  se distingue en contraposición con la oscuridad, tal contraposición e interde­pendencia de los conceptos hace que se anulen mutuamente. Por lo tanto mejor escoger un camino medio.

Dentro del budismo tántrico se me ocurre rápidamente el famoso consejo de Gampopa: "No te adelantes al futuro, no recuerdes el pasado, permanece en la desnudez básica de la conciencia del presente, tal como ella es en sí misma".
Una pequeña poesía de uno de mis propios maestros budistas de la escuela Kaygu­pa, Guendun Rimpoche, es tan deliciosa como un límpido riachuelo.
"Consejos al meditador".
"Deja esta mente que es la tuya en un estado relajado, no artificial.
En este estado, viendo el pensamiento y su movimiento, permanece encima, relajado.
En este estado amanecerá la tranquilidad. No te apegues a la tranquilidad, no tengas miedo del movimiento.
Sabiendo que no existe diferencia entre la estabilidad y el movimiento, ele­vándose la mente de la mente.
En este estado, sin agarre, sin apego, descansa, distendido, tal cual.
En este estado, la realidad ella misma, la esencia de tu propia mente, sabidu­ría, vacuidad radiante, se elevara, y tu no tendrás palabras...
En este estado, una tranquilidad natural se manifestara, sin considerar la estabilidad como una cosa, tal cual, natural y libre; sin agarrar ni rechazar las producciones mentales, por favor, permanece... aquí."
 
Hay textos Vedanta muy parecidos. Siguiendo con el hinduismo, antepasado del budismo, recomiendo leer algunos Upanishads, se me ocurre fácilmente uno de los fragmentos del Mandukya Upanishad "Se considera como cuarto estado lo que no tiene ni conocimiento interior ni conocimiento exterior, ni conocimiento de lo uno ni de lo otro, ni conocimiento global, ni conocimiento ni no conoci­miento simultáneamente, lo que es invisible, inalcanzable, indefinible, impen­sable, que no se puede nombrar, que solo tiene por esencia la experiencia de su propio sí que anula la diversidad, que es apaciguado, benevolente, sin dualidad. Es el Sí mismo. Es este que es el objeto del conocimiento".
Algún comentador reciente como Ramana Maharshi vuelve a insistir sobre el la sencilla indagación de ¿Quién soy yo? y la alerta como medio esencial.
El Vedanta procede mucho mediante la vía negativa, mediante la formula “neti, neti” ( no es esto, no es esto), descartando todo lo que no es el Atman, la Realidad Suprema. La Liberación se alcanza cuando todas las impresiones previas a las que nos han agarramos crispadamente han sido borra­das.
Citare el Upanishad Chandogya (8, 1, 1)…” En esta fortaleza del “brahman”, esto es, el cuerpo, existe un pequeño loto (en la zona del corazón) en cual constituye el abode of shorts dentro cual un espacio secreto se abre. Uno solo necesita encontrar lo que ocupa este espacio. … Tan vasto como el espacio que se abre delante de nuestra mirada es el espacio que esta dentro de nuestro corazón. En ambos espacios están unidos el cielo y la tierra, fuego y aire, el sol y la luna, el relámpago y las constelaciones y todo lo que pertenece a cada uno en este mundo y lo que no.” 
El Bhagavata Purana (3, 5, 31) afirma “el espacio abierto, hueco, es la caracteristica del atman”
El Brhad Aranyaka Upanishad (5, 1, 1)dice: “El brahman es espacio.”
Un occidental, Jean Klein, puede ser muy valioso, al subrayar como analizar algo, como palabras y recuerdos es todavía quedar prisionero de la dualidad objeto‑sujeto.

En lo que concierne al taoísmo recordemos que el Tao‑te‑king empieza diciendo: "El Tao que se intenta agarrar no el Tao en sí mismo, el nombre que se le intenta dar no es su nombre adecuado" (según la traducción de Liou‑Kia‑Hway). Chuang Tzu dice en su libro, en el capitulo XXIII, sección 14: "Sí reina la calma, hay claridad; sí hay claridad, hay vacío; sí hay vacío, no hay acción y la inacción nada deja de hacer".  Una  concepción básica del taoísmo es  la  del doble misterio, basada en una frase del primer capitulo del Tao‑te‑king: "misterio sobre misterio". El doble misterio implica un “doble olvido”, olvido de lo que ha sido olvidado y rechazo del rechazo, el verdadero sabio olvida hasta que olvida, no tiene siquiera el deseo de no desear. Otra concepción es la del no‑obrar.  Ambas son completamente coincidentes con el ideal de una pasividad activa. Es usar métodos sin apegarse a ellos, concretando las prac­ticas taoístas tienen una fase activa y otra pasiva.
Entre otras exposiciones taoístas de esta opinión: "Los símbolos han sido hechos para expresar ideas. Cuando las ideas han sido comprendidas, los símbo­los deben de ser olvidados. Las palabras han sido hechas para interpretar los pensamientos, cuando los pensamientos han sido asimilados, ya no hacen falta palabras [...] solo aquellos que son capaces de capturar al pez y olvidar la red, son dignos de buscar la verdad". Tao‑Cheng.
Confucio dijo en el Libro de los Ritos:"Prefiero no hablar". Su discípulo Tsü Kung le pregunto: "Si el maestro no habla, ¿Qué hemos de hacer los discípulos?, Confucio replico: "¿Es que acaso habla el cielo? Las cuatro estaciones siguen su curso, todas las cosas son engendradas. Verdaderamente ¿Es que acaso habla el cielo?"

La expresión "Doble misterio" existe idéntica en el aspecto interior de la doctrina islámica (ghayb al‑ghuyûb) y hace referencia a la total trascendencia de lo Divino, que tantas veces los seres humanos queremos encerrar en teorías e ídolos. El Corán dice "Esta más allá de lo que ellos le atribuyen" Sura XLVIII, versículo 82, el Profeta Mohammad dijo: "reflexionad acerca de cual­quier cosa salvo de la esencia de Dios", Abu Bakr dijo: “la impotencia en conseguir conocer a Dios, es conocerlo", Junayd insiste en esta concepción diciendo: "cuando la inteligencia de los sabios llega al conocimiento de la Unidad, es a la perplejidad (hayra) que llega. Imán Reza comento: "cualquier concep­ción que tengáis es diferente de la esencia de Dios". Nuri decía del practi­cante escogido: "Sufí aquel es aquel que no posee nada en propiedad ni es poseído por nada". La practica concreta esta bien explicada en esta cita: "el sufismo es sentarse una hora con Dios sin ocuparse ni preocuparse". Preguntado por la significación de "sin ocuparse ni preocuparse" contesto: Es el descu­brimiento sin búsqueda y es la visión en la cual el que ve no puede ser sepa­rado de lo visto". Esto es citado por Junaid."El termino de "hurriya" dentro del sufismo es el proceso que consiste en desligarse del mundo, de todo y de todos, conlleva varios grados" explica Ábd al Qadir al Yujani (muerto en 1078 en su libro "las Definiciones"), lo que recuerda la alabanza de la pobreza de espíritu.                  

En algunas religiones africanas se llama a Dios "El inexpresable."

Ello demuestra una vez más la unanimidad de todas las tradiciones, basadas sobre la experiencia de la verdadera naturaleza del ser humano.
Es esta total presencia, esta abertura a lo Absoluto, que puede centrar y hacer coherente e intensa nuestra vida como un diamante. El carbón, el grafito y el diamante están compuestos todos ellos por carbono pero es su estructura interna, mucho más coherente en el caso del diamante, en donde cada átomo esta ligado a otros cuatro, formando tetraedros, que le proporciona dureza y trans­parencia.
No hemos de fabricar nada. Solo hemos de dejar que lo Único se manifieste. El místico cristiano Ángelus Silesius emplea las siguientes expresiones: "Cuando tu te has vaciado, las aguas surgen ellas mismas, de tí mismo, como fuentes eternas". Entonces: "Me volví lo que yo era, soy lo que fui, para siempre..." "Desimaginate, hijo mio, te volverás como Dios y en desapego tranquilo, tu serás tu  propio reino de Dios"" (El peregrino querubinico).

Muchos textos subrayan como ciertos momentos permiten captar más fácilmente esta Realidad, el espacio entre inspiración y expiración, entre sueño y vigi­lia, la agonía, el instante del orgasmo.

Leer y reflexionar este tipo de textos va influyendo poco a poco nuestra mente y nos incita a ejercitarnos y comprender mejor nuestra practica. Conocerlos nos hace herederos de un tesoro sagrado común y volver al Origen, a "la felicidad perfecta" buscada por San Alberto Magno. .

Eduardo Capella Silva
 
       Barcelona, 8 de agosto 2001.

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