REPORTE DE LA AGENCIA KALI-YUGA N.º 2 agosto de 2008

PRIMERA APLICACIÓN DE LA DOCTRINA GATES: LA GUERRA DE GEORGIA

 

Tal como informáramos en el reporte de la semana pasada, a fines del mes de julio se difundió oficialmente en Washington la Doctrina Gates la cual significaba un cambio sustancial en la estrategia norteamericana por el que se establecía de manera esta vez expresa cuál era el antagonista principal de los EEUU y consecuentemente con ello las tácticas a adoptar.
1) En primer lugar se consideraba que el fascismo seguía siendo siempre el enemigo más importante de la democracia y que, a partir de septiembre del 2001, el mismo había vuelto a la escena asumiendo la forma expresa del fundamentalismo islámico al cual se calificaba como la nueva manifestación de tal ideología en estos tiempos.
2) En segundo lugar se establecía que, de la misma manera de lo que había pasado en la Segunda Gran Guerra, ni Rusia, ni actualmente China, eran los antagonistas, sino simplemente los adversarios con los cuales se disputa una hegemonía dentro de un mismo sistema. Por lo cual se sugería que, ante la nueva aparición en escena de la ideología fascista, había que evitar expresamente profundizar los conflictos con ambos en la medida que se tenía un enemigo compartido, el aludido fundamentalismo islámico.
Esta doctrina había a su vez tenido su preciso antecedente en una encuentro previo realizado entre los dos principales líderes de EEUU y Rusia*, Bush y Putin, quienes se reunieron de manera discreta en la ciudad de Sochi en el Mar Negro en donde el líder ruso tiene su dacha. Esta reunión fue realizada en el mes de abril, dos días después de que Bush fracasara en Bucarest (Rumania) en su intento de obtener un apoyo europeo más activo en la sumamente crítica guerra de Afganistán. En Sochi en cambio las cosas fueron muy diferentes: allí Bush encontró una comprensión mucho mayor a sus inquietudes que la manifestada por sus aliados europeos. La  misma pasó por el establecimiento de los siguientes puntos de acuerdo: 1) Rusia y EEUU de allí en más colaborarían por igual en la lucha en contra de un mismo enemigo: el fundamentalismo islámico, el nuevo fascismo del siglo XXI. El primero lo combatiría específicamente en el Cáucaso tratando de desbaratar al recientemente creado Emirato Islámico en regiones bajo dominio ruso tales como Chechenia, Ingushetia y Dagestán entre otras. 2) En aras de ello EEUU no interferiría con el expansionismo ruso en tal región y brindaría un apoyo total a la lucha en contra del "terrorismo", dando prioridad a esto último frente a su anterior política oportunista de tratar de debilitar los remanentes de la ex Unión Soviética. A cambio de ello Putin ofrecía lo siguiente: 1) No interferir en los planes norteamericanos de crear una república albanesa simultáneamente islámica y pro-occidental en Europa con Kosovo y 2) brindar una ayuda estrecha en Afganistán que comenzaría en un primer momento con el envío de armas y, de ser indispensable y no obtener EEUU suficientes contingentes para detener la ofensiva talibán, enviar también tropas rusas a dicho país. 3) Lo ayudaría también para presionar a Irán a fin de que renuncie o al menos limite su expansión nuclear. Tal como vemos la reunión de Sochi continuaba con la antigua tradición de Yalta y Postdam inauguradas en siglo XX por Stalin y Roosvelt en donde las dos potencias se coaligaban y colaboraban para derrotar a un enemigo común.
Y una vez más los dos países han ido cumpliendo puntualmente con sus promesas. En primer lugar Rusia, a pesar de todo lo que se dijo en contrario, dio su aval a la constitución del Estado de Kosovo, no respaldando más que verbalmente a Serbia en sus reclamos en contrario. En segundo lugar cumplió con sus promesas de enviar armas a Afganistán. Tal como informara oportunamente esta agencia, la fuerza armada canadiense que lucha en el sur en la zona más conflictiva de Afganistán fue pertrechada con una modernísima flota de helicópteros rusos de última generación. A ello debe sumarse también la facilitación de bases rusas en territorios linderos de tal país para efectuar bombardeos sobre las bases talibán.
A toda esta "generosa" colaboración le faltaba la contraparte norteamericana. La cual acaba de acontecer este fin de semana.
En la región del Cáucaso, además de existir zonas en rebeldía bajo el influjo del Emirato Islámico, con la disolución de la Unión Soviética el Estado de Georgia había logrado independizarse. El mismo tiene como característica especial estar compuesto entre otras por dos provincias con la presencia de una importante minoría rusa, Osetia del Sur y Abkhazia. Para defenderse de una posible invasión por parte de Rusia, estimulada por la presencia de estas regiones en el propio territorio y además por aquellos sectores hoy en el poder con deseos de reconstituir la antigua URSS, Georgia ha tratado de convertirse durante todos estos años en un aliado incondicional de los EEUU. Además de solicitar su ingreso a la Otan, hasta ahora denegado, ha sido el país que ha enviado más tropas a todas las expediciones militares hechas por los norteamericanos, como por ejemplo en Irak en donde es el que mantiene el tercer contingente militar en cantidad numérica. En los últimos días, siempre acorde con lo pautado en Sochi, Putin impulsó un movimiento abiertamente secesionista en la provincia de Osetia del Sur, que concluyó en una declaración unilateral de independencia respecto de Georgia, medida ésta que debería ser adoptada luego también por Abkhazia.
Ahora bien, la dirigencia política de tal país, asesorada por "especialistas" geopolíticos como los que tenemos en abundancia entre nosotros, fue convencida respecto de que Rusia y EEUU son enemigos incondicionales entre sí y que el fundamentalismo islámico era en cambio un instrumento funcional a los norteamericanos para desarticular al primero, es decir, el revés exacto de la realidad. (Digamos al respecto que, del mismo modo de lo que sucede en nuestro medio, no es de descartar la posibilidad de que estos "asesores" hayan sido espías a sueldo impuestos sea por Rusia como por los mismos EEUU). En concordancia con tal ingenua convicción solamente comprensible debido a la muy joven edad de la dirigencia georgiana (la ministro de Rel. Exteriores de dicho país tiene apenas 31 años), trataron de dar un golpe de mano aprovechando la inauguración de las Olimpíadas, momento en el cual iban a estar juntos Bush y Putin. Se pensó que invadiendo militarmente tal región y disolviendo la república secesionista, este último no se iba a animar ante la presencia de su "enemigo" a responder a tal ataque. Claro que, gracias a los consejos de los aludidos "asesores", ellos ignoraban la existencia de Sochi y de la doctrina Gates. No solamente Putin no se quedó mudo, sino que por el contrario ante el mismo Bush manifestó que un ejército de "voluntarios" rusos iba a acudir inmediatamente a Osetia para auxiliar a los atacados. Cosa que efectivamente sucedió y no solamente se bombardeó Osetia, sino también la misma capital de Georgia. Y lo más sintomático, Bush y los EEUU miraron para otro lado. Ni tampoco la ONU, ese siniestro organismo en manos de las superpotencias, solicitó el cese de fuego ni el retiro de las tropas rusas que invadían un país soberano. La doctrina Gates siguió así su marcha irreversible.
De todos modos algo bueno ha sucedido en toda esta siniestra situación. Georgia acaba de retirar de Irak sus 2000 soldados, en parte despechado por el abandono norteamericano y en parte para fortificar sus defensas ante la invasión rusa, lo cual no deja de ser un inconveniente para los EEUU, quien prácticamente no tiene aliados en Irak, pues desprotegió el frente de la provincia de Wassit, lo cual en los próximos días producirá de rebote seguramente una ofensiva del Estado Islámico en tal región. **
De acuerdo a informaciones que obran en nuestro poder, Putin le habría además manifestado en Pekín a Bush su preocupación por la situación en el norte del Cáucaso ya que la república de Ingushetia, aun confederada con Rusia, se encuentra fuera de control y hace 10 días su capital Nazran estuvo bajo dominio de la insurgencia durante tres jornadas consecutivas habiéndose eliminado a la fuerza rusa enviada para restablecer el orden. Aunque de esto se informará en detalle en el Parte de Guerra del día de mañana de la Agencia Kali-yuga. Digamos que esta preocupación es compartida también por los líderes del Partido Comunista Chino, anfitrión de las Olimpíadas y tercera pata de la aludida doctrina Gates. Estos últimos se encuentran sumamente  afectados también por el avance del fundamentalismo en su territorio, especialmente luego de que una incursión exitosa del Movimiento Islámico de Turquestán eliminara a 20 soldados chinos en una acción relámpago en una zona fronteriza.
Tal como vemos, a pesar del velo que nos quieren imponer sin éxito los desinformadores a sueldo, la guerra de civilizaciones va escribiendo día a día nuevos capítulos.

 

* Tal como informáramos oportunamente, antes del encuentro con Putin, Bush se había reunido con Hin Tiao en Sidney en septiembre de 2007, también de manera por demás sigilosa argumentando que concurría a un congreso internacional por un problema que lo preocupaba muchísimo, la contaminación del planeta (nunca había estado antes en un encuentro de tal tipo, como tampoco lo había hecho el líder chino, ambos por igual grandes contaminadores del medio ambiente). Con tal excusa se reunieron los dos jefes de Estado y planificaron una estrategia común y entre otras cosas fue allí donde Bush hizo pública su proyectada asistencia a los juegos de Pekín con su esposa Laura. Los desinformadores en cambio, a los cuales dicha presencia les rompió todos los esquemas ya que con suma imbecilidad decían que por el contrario quería sabotear los Juegos a través de su agente el Dalai Lama, han manifestado que se trató de una asistencia imprevista y con la aviesa finalidad de estimular la realización de un atentado que no sucedió. Acotemos que lo único nuevo fue que Bush, además de llevarla a su esposa, tal como lo había dicho un año antes, lo hizo también con sus hijas (1).

** Como una muestra inverosímil de semejante ingenuidad política, inculcada como decíamos por los aludidos asesores a sueldo, el presidente de Georgia, Saakashvilli, ante la inoperancia absoluta de los norteamericanos, acaba de emitir esta frase que pasará a la historia de la candidez: “No se trata de Georgia solamente, sino de los principios y los valores de los Estados Unidos”. Como gran aporte los EEUU le ofrecieron a Georgia ayudarla en el retorno de los 2000 soldados de Irak a su país.

Walter Preziosi
Buenos Aires, 11/08/08