Acerca del triunfo electoral de Obama
AMÉRICA NEGRA

 

 

Respecto del triunfo de Obama en las últimas elecciones, el que con absoluta anticipación fuera informado por la Agencia Kali-yuga hace al menos tres meses cuando ciertos 'analistas' nos hablaban en cambio de una 'arrolladora victoria de McCain', valen aquí una serie de observaciones.
La primera y principal es la relativa a 'la verdadera lección de Democracia' que nos habrían dado los EEUU al haber sido capaces de sortear sus muy arraigados 'prejuicios raciales' habiéndonos mostrado así que los mismos tienen menos fuerza que sus principios igualitarios para los cuales no es el color de la piel ni el 'racismo' lo que allí determina las elecciones, sino la idoneidad y la capacidad del candidato; todo lo cual permitiría así reconciliarnos con el alma no tan mala del norteamericano. En relación a tal gran efluvio de optimismo universal que hoy ha despertado este 'importante triunfo' digamos dos cosas principales; la primera y la más sencilla de todas es que en realidad más que de la victoria de determinados principios se ha tratado aquí del gran terror que ha producido en los norteamericanos la tremenda situación económica que hoy se vive debida, tal como hemos también manifestado, al fracaso notorio de su política internacional que lo ha llevado a al menos dos derrotas militares (1) y, lo peor de todo, a la extensión sine die de varias guerras iniciadas. Por lo cual una derrota de Bush, respecto del cual McCain, por la pertenencia a su mismo partido, representaba la continuidad, era considerado como lo principal de todo, con independencia de quien hubiese sido el candidato.
Pero debe además señalarse que resulta notoriamente falsa la idea tan adentrada de que, en tanto que el norteamericano a lo largo de toda su historia ha combatido y sometido al negro desde la misma época en que éste ha sido afincado por la fuerza en su territorio a través de la esclavitud primero y luego con su discriminación y menoscabo, con el nombramiento de un presidente de tal color de piel esta tendencia se habría revertido definitivamente dándose así al mundo entero una verdadera lección de Democracia. Si bien es cierto que el negro ha sido maltratado y explotado a lo largo de la historia, especialmente durante la esclavitud, la realidad ha sido en cambio que con el transcurso del tiempo fue éste el que ha terminado imponiendo al norteamericano blanco su manera propia de ser, por lo cual el hecho de que hoy se nombre un presidente de tal color, -lo cual por otra parte ha estado precedido por una serie previa de cargos de relieve que éste ha venido desarrollando en la función pública (Powel, Rice, etc.)-, no es sino una puesta a tono de una realidad que ya venía existiendo y desarrollándose desde hacía mucho tiempo antes. El antiracismo que hoy se ha impuesto a través de la ideología de los Derechos Humanos para la cual, si bien se acepta la evidencia de la diferencia del color de la piel entre las personas, se considera que ésta es una característica secundaria y no determinante en la conductas, soslaya sin embargo la existencia de otros caracteres no visibles de manera inmediata y que son los relativos a la dimensión psíquica y espiritual propia de las diferentes razas respecto de las cuales el color de piel representa apenas el elemento expresivo. Nosotros previamente queremos aclarar que, a diferencia de la postura ambientalista hoy vigente, somos racistas en tanto no consideramos a tal palabra como un término descalificatorio, aunque no supremacistas en la medida que no por no considerar la existencia de razas superiores a otras tenemos que arribar a la conclusión de que éstas carecen de influjo o que son directamente inexistentes. Las razas existen y son grupos humanos que presentan determinadas peculiaridades, las cuales es bueno que se expresen, aunque lo preferible sea que ello acontezca en el marco que les resulte adecuado, es decir el espacio en el cual las mismas se han originado. Pero volviendo al tema que aquí nos ocupa, digamos que la raza negra ha sido calificada atinadamente como una 'raza del cuerpo' es decir como  un grupo de seres para los cuales todo lo vinculado con esta dimensión de carácter físico y material representa el modo principal de manifestarse, aun en lo relativo a dimensiones superiores como la sagrada y espiritual. Lamentablemente cuando una raza es arrancada de su propio contexto, el relativo a su patria y origen, entonces tales formas expresivas pierden su carácter determinante y la razón propia para la cual han sido hechas. Y ello es lo que acontece propiamente con aquellas expresiones de raza negra que se han impuesto y afincado en las costumbres del norteamericano como algo que éste ha asumido de manera mecánica sin haberse preguntado jamás respecto de su origen. Es bueno resaltar aquí que si el racismo blanco norteamericano ha sido muy severo hacia el negro como individuo, habiéndolo segregado, golpeado y hasta asesinado, no ha sido así en cambio en lo relativo a sus manifestaciones espirituales que ha asumido pasivamente sin haberlas combatido jamás, coincidiendo así en ello indirectamente, a través de tal indiferencia, con los mismos ambientalistas. En modo tal que podemos decir hoy en día sin posibilidad de equivocarnos que las principales manifestaciones culturales del norteamericano son un producto estereotipado del espíritu de la raza negra que arribara a tal país en los mismos barcos que traían a los esclavos. Comenzando por la música percusiva que hoy impera en tal universo y que a su vez desde allí se ha expandido por el mundo entero a todos los países, incluyendo el nuestro, a través de expresiones tales como el rock, la "música" electrónica, el rap, etc., todo lo cual ha tenido, pasando por la mediación del jazz, su antecedente más remoto en los 'negro spiritual' que cantaban los esclavos, lo que no era sino la adaptación en lengua inglesa de los antiguos tam tam de las tribus originarias del África. La música electrónica que hoy nos invade y atonta a tantos jóvenes y adultos, no es sino una expresión más tecnificada de esos ritmos unicordes y repetivos hasta el cansancio que emitían sin parar los tambores de los negros reunidos en la aldea africana (2).
Otra característica de la cultura negra internalizada en el norteamericano es el culto que allí se tiene por el deporte, el que por otro lado no casualmente tiene como a sus principales exponentes a atletas de tal color. Aunque es bueno destacar aquí que el deporte que se cultiva no es, tal como fuera concebido clásicamente, una actividad ceremonial por la que se rememoraban ciertos acontecimientos sagrados y heroicos (aun se conserva de todo ello meramente el nombre cuando se celebran las Olimpíadas), sino un mero despliegue físico exacerbado a la búsqueda de superación de marcas y records en donde fácilmente se arriba, en función de ello, al consumo de drogas letales a un ritmo cada vez más exasperado y alarmante.
Pero la característica principal del alma negra que se ha impuesto en el espíritu norteamericano -y que encuentra a su vez su antecedente en el protestantismo que influyera de manera determinante en la constitución de tal nación- es el culto del trabajo y consecuentemente de la economía a la que se considera como el destino y meta de las personas. La frase del anterior presidente blanco del partido de Obama: "Es la economía, estúpido", pinta a la perfección el espíritu del norteamericano para el cual dicha dimensión es el factor determinante de todo y que por lo tanto inclina necesariamente la balanza electoral más allá de cualquier "principio". El trabajo, comprendido como acción determinada por una oscura necesidad, por la búsqueda de dinero y no por una vocación espiritual, fue, tal como se expresara desde las mismas épocas de Aristóteles, algo propio de esclavo, en modo tal que la diferencia que existía entre éste y el hombre libre era que el primero sólo podía trabajar. Tal es justamente lo propio del negro que como esclavo se instalara coercitiva y originariamente en la sociedad norteamericana. Éste solamente podía relacionarse con el mundo a través del trabajo; y a su vez se encontró con una forma religiosa, el protestantismo, que es la verdadera religión de tal país, para el cual el triunfo en dicho mundo -y no la oración, la plegaria o la acción para agradar a Dios- era lo que señalaba la elección divina. La síntesis entre estas dos actitudes, la de un negro desarraigado y obligado a ser esclavo y el protestantismo calvinista nos ha dado lugar al espíritu norteamericano y al culto por la economía y el trabajo que hoy rige en tal país, por lo que el triunfo de un negro en las elecciones, más que ser una revolución y un cambio, es apenas una puesta a tono de la propia mentalidad y un reconocimiento explícito de lo que realmente se es.
Habría por supuesto otras características importantes del alma negra puesta esta vez en antítesis dialéctica con el protestantismo, especialmente en lo relativo a la revolución sexual propia de la sociedad norteamericana que no es otra cosa que una verdadera obsesión que allí se vive respecto al tema del sexo, en donde también lo negro ha tenido un rol primordial. Pero éste es un tema que, aunque no menor, excede las intenciones de esta nota. Queremos detenernos aquí en un último punto que ya resaltáramos cuando hiciéramos referencia al accionar político de dos 'conversos' tales como Sarkozy en Francia y Condolezza en los EEUU. Remitiéndonos específicamente a este último caso que presenta una gran similitud con Obama por el origen racial de ambos (aunque no por la historia personal pues, mientras que la primera desciende de antiguos esclavos, el segundo en cambio de un inmigrante keniano que emigró a los EEUU), destacábamos allí la característica propia del converso a los valores de quien previamente lo ha oprimido. Este último, a diferencia del originario, tiene una necesidad permanente de hacer notar su nueva condición y resulta así más extremo en sus posiciones.
Esto justamente apareció en forma clara en el debate que Obama sostuviera con su rival cuando llegó a manifestar que, lejos de lo que se pensaba en relación a su postura pretendidamente 'pacifista' contraria al belicismo de los halcones del estilo de Bush (3), estaba dispuesto a invadir Pakistán (no Irán como dicen ciertos desinformadores). Esto resultó todo un anticipo. Lejos de modificar la política militarista de Bush, Obama la va a estereotipar. Bush no se animaba a invadir Pakistán, es decir a entrar a una tercera guerra en el Oriente. Solamente se atrevía a bombardear ocasionalmente ciertas posiciones fronterizas de las provincias de Waziristán y Bajaur pues sabía que allí estaban las bases de Al Qaeda. Luego del triunfo de Obama estos 'bombardeos inteligentes' consistentes en misiles lanzados contra poblaciones a fin de acobardarlas han pasado a ser cotidianos con las consecuentes matanzas de personas las cuales son obviamente silenciadas por nuestros medios de prensa y 'analistas internacionales' de todos los colores del régimen. Por lo tanto una expansión de la guerra con los resultados que prevemos será también una agudización de la crisis económica en EEUU y por extensión al mundo entero.
Tal como bien se expresa en el último resultado electoral, el futuro es negro.

 

(1) Tal como hemos señalado en diferentes ocasiones, la causa principal de la crisis norteamericana se ha debido, no tanto a las deficiencias de la economía de mercado o a la crisis inmobiliaria, tal como dicen los superficiales de siempre, sino al fracaso acontecido en las guerras de Irak y Afganistán en donde, además de los ingentes gastos ocasionados, EEUU demuestra su notoria incapacidad en poder terminar guerras que llevan ya más de siete años de duración aun con la alianza de 40 naciones.
(2) Aunque para defensa de los africanos debemos decir que tales encuentros tribales no tenían como ahora una finalidad específicamente musical, sino que eran ceremonias religiosas efectuadas con una intención ritual de convocar o ahuyentar espíritus. En la actualidad dicho objetivo no existe para nada y de lo único que se trata es en cambio de convocar en el sujeto que participa de tales reuniones danzantes, muchas de ellas acompañadas de sustancias químicas alucinógenas, a las fuerzas inferiores del inconciente para obtener de esta manera el propio aniquilamiento como persona.
(3) Es increíble cómo nadie prestó atención a que el halcón negro Colin Powel quien participara de las dos guerras de Irak contra Saddam Hussein y asesorara a los dos Bush, hoy es uno de los principales avales de Obama.

Marcos Ghio
Buenos Aires, 10/11/08