Varios hechos en el día de la fecha han precipitado los acontecimientos en Egipto y se aproxima ya la caída irreversible de Mubarak.
Tal como informáramos en nuestro informe anterior este último, con la complicidad de los EEUU, ha intentado desbaratar por medios violentos las protestas en su contra armando milicias de civiles, en su gran mayoría convictos escapados de las cárceles a los que se les pagó cerca de 100 dólares para que fueran a golpear a los manifestantes y desplazaran al núcleo principal que se encontraba atrincherado en la Plaza Tahir de El Cairo y la principal de Alejandría. Dijimos en su momento que era indispensable resistir a fin de que el movimiento revolucionario no fuera coartado en sus comienzos y que la Hermandad Islámica, el grupo organizado fundamentalista que existe en tal país, debía organizar una fuerza de choque que contrarrestara a los provocadores. Y bien, esta vez el objetivo fue logrado. El grupo violento de Mubarak, que llegó a atacar hasta con camellos a los manifestantes, fue rechazado con éxito y éstos pudieron permanecer durante dos noches consecutivas en las aludidas plazas permitiendo así que en el día de hoy se realizara la gran manifestación bautizada como ‘de la despedida’ que terminará con el reinado de Mubarak.
A todo esto hay que agregar que para preocupación del Occidente ha podido percibirse que, en tanto la misma ha coincidido con la festividad islámica del Ramadán, las multitudes congregadas (ver foto) masivamente se entregaron a la oración preanunciando así que tal movimiento no es meramente ‘democrático’ como ingenuamente creen algunos medios occidentales para los cuales tal sistema representa el fin último de la existencia. El pueblo egipcio es profundamente musulmán, a diferencia de los pueblos occidentales que han abjurado masivamente de su religión para asumir el sustituto decadente del consumismo y del gobierno de las multitudes atontadas por los medios masivos de difusión. Por lo tanto, tal como aparece en el titular de este reporte, el paso siguiente a la democracia, que es solamente un medio de acción, será la Revolución Islámica. Y esto fue percibido por el líder espiritual de Irán, Alí Khamenei, quien ha manifestado que la Revolución egipcia habrá de ser la segunda etapa de tal movimiento inaugurado en 1979 en Irán y que ahora se expande victoriosamente hacia el área sunita.
A todo esto, como un verdadero reguero de pólvora, la revolución se extiende hacia Argelia, Yemen, Jordania y hasta los mismos Estados de Libia, Marruecos y Siria. Ya han comenzado las manifestaciones masivas pidiendo la caída de regímenes abierta o secretamente aliados del Occiente y el sionismo. Israel no ha dejado de preocuparse en todos estos días, lo mismo que su lacayo Obama quien no sabe exactamente qué papel asumir en tal entuerto que, de profundizarse, terminará con el Estado sionista instaurado en la región.
Sin embargo deben resaltarse los siguientes acontecimientos. No por casualidad Mubarak antes de irse ha nombrado al torturador de la CIA Suleimán como su vicepresidente y su resistencia al retiro ha sido sin más una maniobra a fin de que se acepte a su sucesor como una salida de transición. El movimiento revolucionario, que no es espontáneo como creen los medios, debe sin más exigir la sustitución inmediata del régimen y que como medida de transición se instaure un gobierno provisorio en donde esté representada también la Hermandad Islámica a fin de evitar cualquier maniobra continuista.



Walter Preziosi
4/02/11