La crisis ideológica de los nacionalistas árabes

 

Leyendo los siguientes portales de Internet como adversario meta político, Moqawama, y la asociación cultural siria, etc. Se puede observar una serie de quejas hacia todo movimiento tradicionalista, formulándose acerca de ellos una serie de teorías disparatadas de tipo conspirativo (1).
 Supuestamente los maestros de esas ideas y los escritores de esos sitios se jactan de ser nacionalistas, socialistas, pan arabistas y entre otros casos pan sirios. Otro supuesto de esos grupos consiste en que todos los movimientos tradicionalistas islámicos, que por otra parte siempre han existido, son en realidad el producto de una total conspiración puesta en práctica por la CIA, el MI5 y el MOSSAD sionista. Aunque si bien sus teorías en sectores mal informados acerca de la historia del medio oriente puedan parecer aceptables, se verá con un estudio un poco más profundo que en realidad el proceso es a la inversa, siendo los ``nacionalismos`` un verdadero fenómeno y anormalidad de la modernidad europea y de muchos precursores del sionismo.
 Repasando un poco la historia de la subversión nacionalista en las regiones que antes integraban el califato universal otomano, y particularmente el fenómeno del nacionalismo árabe (2), curiosamente el introductor del nacionalismo en las naciones árabes ha sido un peculiar invasor modernista, Napoleón Bonaparte, el cual obviamente seguía una idea derivada de la revolución francesa como el nacionalismo introducido por Rousseau. Es durante su estadía en Egipto que llegan allí una serie de intelectuales modernizadores como Clot, Cerisy, Linant y Rousset, quienes dan inicio a la Fundación Egipcia, la cual tenia como supuesto interés hacer que los egipcios redescubrieran su cultura y civilización. Es durante este período una de las mas letales figuras Silvestre de Sasy (3) quien además de los otros autores, servirá como base fundacional del incipiente nacionalismo egipcio y el posterior nacionalismo árabe (osea 5 franceses modernistas, ¿y la arabidad?). Prosiguiendo un poco en la historia del curioso fenómeno nacional importado de las potencias modernistas y coloniales encontramos que el gran difusor del nuevo nacionalismo egipcio ha sido precisamente un judío precursor del sionismo y masón como Yaqub Zowe quién difundirá su ideología modernizante y occidentalizadora (en el peor de los sentidos de la palabra, de un occidente destradicionalizado) en periódicos como Al Watan (madre patria en árabe) de una tendencia abiertamente pro británica. Él será quien introducirá en la lengua árabe palabras de poco uso.
 Para desenmascarar un poco a este fenómeno fantoche del nacionalismo árabe, debemos recordar que el imperio británico ha manejado en su geopolítica una tesis que tanto Jung como un cipayo pseudo nacionalista como Azuri han resumido en la siguiente frase: “Serian necesarias tres revoluciones para destruir al califato otomano: una revolución árabe, una revolución armenia y una segunda revolución árabe” (4).
 El fenómeno nacionalista siempre se ha caracterizado por una serie de reformas, las cuales casualmente no beneficiaron al pueblo, ni tampoco a la nación que dicen defender, si no que siempre han defendido a la subversión internacional liberal capitalista ó marxista. Lo principal y esto es lo letal para todo tradicionalista sea este cristiano ó musulmán, es el laicismo, puesto que para el funcionamiento del capitalismo es necesaria la usura y la especulación financiera. De estar en práctica la ley islámica estos dos métodos parasitarios de generar riqueza hubieran sido impracticables, además de que la ley islámica, otorga a los miembros de otros grupos religiosos radicados en tierra del Islam una autonomía jurídica y económica, casualmente la principal minoría religiosa era el Cristianismo en su rito Sirio Ortodoxo y Armenio, casualmente una cosmovisión religiosa que también condena esas prácticas económicas.
 Estudiando la historia de la subversión nacionalista y ante lo anteriormente demostrado, se verá que con el injerto de la herejía nacionalista se tuvo como objetivo destruir al califato universal otomano, y suplantar en la sociedad tradicional el ideal universal e imperial, por una serie de nacionalismos bananeros y republicas fantoches, desmembrando así al glorioso califato universal otomano.

El comienzo de las subversiones nacionalistas, socialistas y liberales como agentes de la modernidad europea, destructores del califato universal otomano y artífices de la creación de la entidad sionista.

Ya es conocida la verdadera intención de la masonería internacional escudada en la corona (masónica) británica al financiar las actividades de los incipientes nacionalistas egipcios y luego de sus seguidores árabes. Ahora debemos estudiar la trama ideológica que dio lugar a la destrucción del califato universal otomano.

 Lo que resulta nuevamente curioso es que han sido tres judíos precursores del sionismo los que se han encargado de injertar las bases del actual nacionalismo turco y árabe, y sus fatalistas sentimientos. Estos personajes han sido Arthur Lumley David, de origen británico. Bernard Lewis también británico y David León Cohún de origen francés. Estos curiosos personajes comienzan en la seducción hacia el pueblo turco que en folletos y escritos como ``discursos preliminares`` son descriptos como una raza superior con respecto a árabes y armenios (cosa curiosa los mismos personajes describían a los árabes como una raza superior con respecto a turcos y armenios) , la verdadera intención de estos estudios pseudo científicos fue la de generar el comienzo de la ruptura de la solidaridad islámica y también la xenofobia respecto del pueblo armenio.
 Finalmente el incipiente e insolente fantoche del nacionalismo de turcos, árabes y armenios de contenido subversivo, no solo llevó a la destrucción del califato universal otomano como forma de una tradición superior a la fugaz modernidad, sino llevó en primer lugar a la creación del tumor sionista en la región, también analizándolo desde una perspectiva humana el enfrentamiento étnico y religioso se cobrará numerosas victimas, se perdió el patrimonio cultural de aquellos pueblos, se produjo la pérdida de la autonomía y autarquía económica desembocando en la subordinación a la esclavitud del capitalismo usurero y rentista, también se dieron las nuevas interpretaciones heréticas y new age tanto del Cristianismo y del Islam (5) logrando justamente lo que la sinarquía internacional, dirigida por la masonería y el sionismo, buscaban, que la religión sea una especie de cadáver guardado en la vida privada y en los templos una vez por semana.
 Ahora debemos estudiar profundamente las rebeliones que la herejía nacionalista provocaría pero no sin antes repasar la resistencia tradicionalista la cual quiso impedir a los masones británicos y sionistas llevar a cabo sus objetivos, los cuales los llevarían a cabo la subversión nacionalista.

La resistencia tradicionalista del Califato Otomano

A principios del siglo XX el califato universal otomano se encontraba bajo el gobierno de Su Majestad el Sultan Abdul Hamid II (como prueba de universalidad y ecumenismo de toda civilización tradicional, su padre era de etnia turca y su madre de etnia armenia, lo cual da por tierra toda acusación de fanatismo o elitismo materialista de la civilidad islámica tradicional basada en el sagrado Corán, la ley islámica y la tradición profética, siendo esta etapa donde los pueblos musulmanes conocieron la justicia social y elevaron su creatividad al máximo en materia científica, cultural, etc. Otro argumento que refuta a los nacionalistas progresistas). El gran Sultan se propuso como titánica tarea retradicionalizar al califato otomano, restaurando las prácticas islámicas (6).
 También en aquellas épocas comenzaba a renacer un sentimiento panislámico (7) que se proponía evitar las peleas entre los pueblos musulmanes. Casualmente tanto el Sultan Abdul Hamid II como el panislamismo representaban un serio peligro tanto para la masonería británica como para el sionismo.
Puede hacerse aquí una comparación histórica válida para estos casos se da con el Barón Austríaco Klementz Von Metternich, al cual el gran filósofo tradicionalista italiano Julius Evola con gran lucidez lo denominara el último gran europeo (8). Puesto que él ha organizado a la Santa Alianza en defensa de la civilización tradicional europea cristiana y gibelina contra la subversión modernista y secular, llamando a todas las civilizaciones de tipo imperial y supranacional a la unidad para combatir a dichos flagelos.
 En el caso del Sultán Abdul Hamid II y el panislamismo, el mismo ha enfrentado casualmente al mismo enemigo que fué la modernidad europea y todas las vertientes seculares.
 En otras latitudes, contrariamente a lo planteado por los nacionalistas masónicos, sean éstos turcos, árabes ó armenios, será la religión y no el nacionalismo la que dirigirá las luchas por la liberación contra el colonialismo. Como ejemplos citaremos a Abdel Qader el Yezairi, en Marruecos, el prestigioso juez musulmán Abdel Karim el Jatabi, en Libia, Umar Mukhtar, en Sudán, Muhammad al Mahdi. En el peculiar caso de la India encontramos nuevamente a la religión y al tradicionalismo en vanguardia de la lucha anticolonialista, como ejemplo tenemos al tradicionalista hindú Bal Ganghadar Tilak (9) y al intelectual musulmán Allamah Muhammad Iqbal.
 Analizándolo de una forma un poco más compleja a la que acostumbran los nacionalistas masónicos, se verá que el nacionalismo no ha sido sino una forma encubierta de la modernidad occidental para seguir manteniendo las prácticas y formas de organización del invasor colonial, impidiendo de esta forma la unidad del mundo islámico y de las naciones del tercer mundo (caso de Hispanoamérica) manteniendo así la continuación de las idiosincrasias modernistas, racistas y chauvinistas.

La subversión nacionalista y sus nefastas consecuencias, sus bases ilógicas.

Si bien ya en el siglo XIX, algunos pseudo intelectuales en total rebeldía con la autoridad imperial y religiosa, ya habían logrado plantar la semilla del nacionalismo en tierras islámicas, será en el siglo XX y particularmente en las décadas del 10’ y del 20’ cuando tomará sus formas más destructivas.
 El comienzo práctico de esta anormalidad de corte subversivo se dio en el año 1909 con el derrocamiento de las legítimas autoridades otomanas por parte de los jóvenes turcos (10). Durante este nefasto período se logran establecer prerrogativas de sangre, logrando diferenciar a los grupos que habitaban el califato otomano (turcos, árabes, armenios, kurdos, y griegos). Esta política de corte racista y chauvinista fue orquestada conjuntamente entre los nacionalistas y la masonería-sionismo. Desembocó finalmente en la colonización sionista de Palestina, algo que el Sultan Abdul Hamid II impidió rotundamente. Las consecuencias de estas políticas llevaron a una definitiva desintegración del califato otomano. Durante ese período se llevo a cabo el genocidio del pueblo armenio que se cobró 1.500.000 víctimas, se prosiguió con la expulsión de los griegos de Anatolia, y la categorización como ciudadanos de segunda categoría a los turcos-árabes y turcos-kurdos, que persiste actualmente en modernos enfrentamientos. Consolidado el estado nacional turco de la modernidad, fue Kemal Pasha, alias Ataturk (11) quien destruye finalmente a la civilización tradicional islámica con políticas de corte antirreligioso y de colaboración con la usura internacional y el bolchevismo asesino. De hecho la República de Turquía reconoce en 1948 a la entidad sionista y actualmente es miembro de la OTAN, por lo cual perdió toda forma de independencia y su patrimonio cultural; esto ciertamente es consecuencia del nacionalismo secular.
 En el otro frente de la subversión nacionalista, es decir en los países árabes, la primera subversión contra la autoridad del califato otomano la realizó la familia Al Saud sostenida por la corona británica, luego le sigue el también pro británico e íntimo amigo de Lawrence de Arabia, el famoso Sharif Husein sospechado además de ser masón. En el particular caso de Siria aparece un abierto francmasón, Antun Saadeh, que daría a luz una ideología ultra secular y modernista.
 ¿Acaso alguien a esta altura puede negar el patrocinio de la masonería y el colonialismo anglo francés en la construcción de los estados nacionales modernos y burgueses?
 El nacionalismo secular, como toda idea moderna surge en la revolución francesa (¿antifrancesa?), no basa sus fundamentos en ideas y principios trascendentes. Este por el contrario basa sus fundamentos en caracteres de tipo material y económico, sosteniendo una concepción fatalista de la vida del ser humano. Para dar un ejemplo, para un nacionalista secular ciego y fanático, siempre es mejor alguien que tiene el mismo color de piel y la misma nacionalidad, independientemente si la persona es útil ó inútil, si es una persona buena o malvada, si es una persona que comprende dimensiones espirituales o si se trata de una especie de animal humanizado, así como también juzga a la persona independientemente de las ideas que tenga.

Los mitos pan-árabe, pan-turco y pan sirio

En la medida que los nacionalismos han puesto el acento en las diferencias raciales y nacionales y no en los principios comunes de carácter espiritual y religioso, su consecuencia ha sido generar la división y el contraste y antagonismo en el contexto del mundo musulmán, lo cual era justamente una de las grandes metas de la masonería y el sionismo. Sin embargo han sostenido también mitos tales como el  del panarabismo que tiene algo más de cien años. Debemos observar al respecto que dicha idea resultó un fracaso total justamente por haberse basado en el nacionalismo. Actualmente hay veintidós estados árabes de los cuales dos de ellos se encuentran ocupados de forma abierta (Palestina e Irak), y otros se encuentran virtualmente ocupados por los poderes de la modernidad occidental caso de Marruecos, Argelia, Libia, Arabia Saudita, Yemen, Qatar, Bahrein, etc. A toda esta serie de fracasos políticos debemos agregar las contradicciones internas en el seno del panarabismo, por ejemplo podemos citar la traición del apóstata Anwar Al Sadat firmando la paz con la entidad sionista y el criminal delincuente Menahem Begin. Otro claro ejemplo se da en la ruptura del partido Baath y sus ramas siria e iraquí, también debemos recordar que quien hace ofertas de paz a la entidad sionista es el secular partido Fatah en Palestina, y rematando las contradicciones se encuentra el caso del difunto Muammar Gadafi, que en 42 años cambió tantas veces de ideas y concepciones que resultaría astronómico ponerse a enumerarlas una por una.
 Otro mito de los nacionalistas seculares ha sido el del panturquismo, pero en este caso se verá en la práctica que han mantenido fuertes alianzas tanto con el imperialismo yanqui como con el bolchevismo asesino, la mayor prueba de esto es que los nuevos lideres nacionalistas y seculares túrquicos del Asia central y el Mar Caspio (13) sostenidos por los norteamericanos antiguamente eran comisarios locales del partido comunista soviético (14), lo cual también aconteció en el Uiguristan (15) que sigue ocupado por las fuerzas de ocupación comunista de la China bolchevique.
 A los anteriores mitos, debemos agregar uno nuevo que plantea otra entidad más paradisíaca aun, es decir el refrito pansirio de Antun Saadeh, el cual se propone con su partido nacionalista social unir a la Siria histórica (16), pero no en base a la tradición imperial de tipo ario que forjó a los antiguos imperios de Siria, sino bajo un aburguesamiento y un afrancesamiento, el cual sería no solo un absurdo, sino además un insulto tanto a la tradición imperial de raigambre ario, como a la tradición superadora del Islam.
 A modo de conclusión para el esclarecimiento de una segunda parte de este texto que llevará por título la rebelión fundamentalista, les hago una pregunta, si tanto hablan de democracia, ¿Por qué siempre que verdaderamente hubo elecciones libres nunca ganaron los seculares y sí los movimientos fundamentalistas?
 En estos días hemos podido presenciar cómo en países como Egipto que tuviera tantos años de régimen laico desde Nasser hasta el recientemente derrocado Mubarak, cuando se llamó a elecciones los partidos islamistas han logrado captar casi el 70% de los votos, siendo la segunda fuerza un nucleamiento salafista que plantea la Sharia islámica en su expresión más dura y radical. ¿Habrá llegado entonces el momento de un retorno a los principios que rigieron al califato en el mundo islámico?

  1. Casualmente son teorías manejadas y difundidas por el sionismo y la masonería, para hacerse ver como que ellos son omnipotentes y omnipresentes en sentido panteísta, dando la imagen de que serian intocables

  2. Ali Muhammad Naqavi: Islam y nacionalismo

  3. Idem

  4. Idem

  5. Tanto el Cristianismo como el Islam, poseen una tradición que contiene sistemas de vida integral que regulan la sociedad, la economía, el gobierno, las relaciones humanas, etc. Siendo imposible como quiere la masonería reducirlas a prácticas rituales meramente privadas, puesto que se estaría en falta con las normas religiosas. Aunque diciendo la verdad los panarabistas, panturquistas y los refritados pansirios no son ni musulmanes ni cristianos, ni monoteístas, ni politeístas ni trinitarios, son en realidad antimusulmanes, anticristianos, materialistas y antiteístas.

  6. Su Majestad el Sultan Abdul Hamid II encontró un califato en ruinas y ocupado por la finanza usurera internacional, durante su gobierno se invirtió en gran manera esa situación, de haberse continuado su política la historia hubiera sido bastante distinta.

  7. Si bien no existen pruebas concretas acerca de acercamientos y Alianzas entre Jamal Ul Din Al Afgani y Abdul Hamid II, lo cierto es que ambos han sido movimientos de reacción contra la insolente agresión modernista.

  8. Julius Évola: Rebelión contra el mundo moderno.

  9. Máxima personalidad del congreso nacional indio de la generación anterior a Gandhi.

  10. Casualmente ocho de los veintitrés jóvenes turcos eran criptojudios y aliados al sionismo, y durante esa época se dio la colonización sionista de Palestina.

  11. Verdadero nombre del luego rebautizado como Mustafa Kemal Ataturk, quien pertenecía a la secta judía de los dohmne

  12. A pesar de mantener críticas a la errada ideología nacionalista y secular, Michelle Aflaq, fundador del partido Baath no ha sido sirviente ni de la corona británica ni de la masonería. Además discrepó con Hafez el Assad, lo cual lo llevo a emigrar primero a Bagdad y luego a fallecer en Francia.

  13. Nos referimos a Azerbaijan, Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistan, Turkmenistan.

  14. Como mayor ejemplo de esa falsedad se pueda dar el ejemplo del déspota Aliyev de Azerbaijan, a Karimov de Uzbekistan, y a Nazarbayev de Uzbekistan, antes comisarios bolcheviques ahora nacionalistas seculares socios del sionismo internacional

  15. En Uiguristán la lucha por la liberación la lidera el movimiento islámico

  16. La Siria histórica se encuentra formada por las actuales Siria, Líbano, Jordania, Palestina ocupada, Irak, Kuwait, Chipre y el Sinaí egipcio

 

Matías Benitez
14/12/2011