UNA RESPUESTA AL SR. ARES

 

El sr. Ares, que tiene el mismo apellido que el dios griego de la guerra, no hace honor al mismo. Luego de haber sostenido un debate con  nosotros en el cual sostuviera al menos cinco intervenciones consecutivas, cuando se encontró sin respuestas apeló al infantil argumento de mi obsesión por tener la última palabra, retirándose así raudamente del mismo; cosa que nos anticipa que hará ante la eventualidad de una circunstancia similar.
Ahora que nosotros lo hemos resumido exaltando del mismo su actitud por debatir, y repudiando en cambio la inveterada costumbre de su sector de agraviar a todo aquel que no está de acuerdo con él; siendo un ejemplo típico de ello el calificar al Gral. Rattenbach como ‘rata de arroyo’ y otros similares. Luego de todo esto, posiblemente retado por parte de sus amigos por haberse avenido al debate, ahora manifiesta que repudia tal práctica porque es ‘partidocrática’. Cosa realmente curiosa pues la historia del pensamiento universal es el producto de un profundo debate entre partes y sería por lo tanto un craso error atribuirle a dicha clase corrupta el monopolio de tal práctica.
De su acusación de haber dicho cosas inexactas, relativas a sus conceptos y persona, lo único que le podemos reconocer que puede ser verdad es que continúe siendo un colaborador de la revista Cabildo. Nuestra confusión se debió a que como la misma hace varios meses que no se publica creíamos que había dejado de aparecer. Bueno, ahora el Sr. Ares nos informa de lo contrario y se lo agradecemos pues es un aporte más al pensamiento.
Respecto de lo demás ratifica absolutamente todo lo que dijimos en relación a sus conceptos brindándonos simplemente algunos detalles ampliatorios, alguno de los cuales importantes para consolidar aun más nuestras afirmaciones.
1) Repite nuevamente la idea de que como el informe Rattenbach fue promovido por el sector militar contrario al del Gral. Galtieri, al que él defiende incondicionalmente, todo lo que allí se dice ‘es de mala leche’, no pudiéndose recuperar nada del mismo. No aclara sin embargo porqué, si la intención del mismo era descalificarlo, tal sector mandó a archivar el informe sin haber condenado a nadie.
2) Da como un hecho la información de que se publicó la totalidad del mismo, a pesar de que fue archivado. Lo más probable es que ciertas partes sustanciales aun esperan salir a la luz. Como por ejemplo la trama secreta de la rendición de Puerto Argentino. Sería al respecto muy interesante saber ¿Por qué las personas que tanto defiende el Sr. Ares se rindieron sin pelear y desfilaron desarmados ante las cámaras de la televisión inglesa? Por qué el ministro de economía de ese entonces continuó permitiendo el comercio con Gran Bretaña en plena guerra y que hasta le empresa Shell le vendiera combustible a la Flota inglesa. Esto último fue reconocido por tal persona, por otra parte propietaria de una imprenta en donde se editaba una publicación nacionalista, manifestando que discrepaba con la idea de Rattenbach de que la guerra con Inglaterra tenía que ser total.
3) Resulta absurda de su parte la teoría de que las críticas no deben hacerse públicas porque de lo contrario haremos decaer la moral de nuestras tropas. Por qué por ejemplo debemos abstenernos de criticar al Capitán Astiz por haberse rendido en Georgias meramente por el hecho de que es también perseguido por la izquierda? Él no se da cuenta de que de esta manera le está haciendo el juego a tal sector pues es el que termina determinando aquellas cosas sobre las cuales podemos o no hablar.
4) Esta actitud de defensa del pacifismo derrotista se ratifica plenamente en el pasaje asombroso de su nota en donde avala la defensa del almirante Anaya cuando dijo que no movió la flota de mar en toda la guerra porque los norteamericanos la detectaban por vía satélite y que entonces lo conveniente era no combatir. Éste es el mismo argumento que dieran los que se rindieron cuando manifestaron que de haber sabido que los ingleses tenían armas tan sofisticadas ni locos se mandaban la invasión. Vuelvo a recordar  que ni lo talibanes, ni San Martín en su momento opinaron así. Que, tal como demostraran tales héroes, el valor del soldado es siempre superior a la tecnología. Recordemos al respecto que en aquel entonces la Unión Soviética brindó información satelital a la Argentina respecto de la ubicación de la Flota británica, la que no arguyó tal argumento para quedarse en puerto ni para regresar por más que no pudiese evitar que varios de sus barcos fuesen hundidos por tal razón.
5) Con respecto a la Iglesia en relación a la cual asume una postura democrática pues en tanto según él todos seríamos Iglesia valdría lo mismo en cuanto a su valor la opinión de un simple creyente o capellán que la del papa, se abstiene de decirnos por qué se lo dejó venir al país si nos reconoce finalmente que su prédica sirvió para consolidar la rendición. ¿No será que lo que se buscaba era justamente escaparse de la guerra que se había desencadenado y respecto de la cual no se contaba con el valor suficiente, buscando a través del papa una ayuda para sacar las papas del fuego?
En fin, habría más cosas por decir pero creo que entre esta respuesta y lo dicho en las notas anteriores está refutado ampliamente el Sr. Ares al cual le encarecemos que en aras del debate que en su momento se avino a tener, abandone su actual soberbia y que no nos quiera dejar con la última palabra.
Marcos Ghio

 

La nota aludida puede verse en la página de Tsunami Político bajo el título de Traduttore, traditore.