BRASIL Y EL IMPERIALISMO RUSO



Ante la reciente situación de crisis que vive el Brasil, con imponentes manifestaciones populares que han puesto en jaque al gobierno izquierdista de Dilma Roussef, nos ha tocado leer una vez más varias inverosímiles interpretaciones del acontecimiento efectuadas por ese ejército de periodistas y analistas internacionales que componen el servicio de inteligencia ruso en el planeta. Así pues un notorio periodista del Russia Today ha efectuado un análisis de situación que no ha discrepado en lo esencial de lo realizado por analistas afines al gobierno de Cristina quienes han manifestado la idea de que esta denominada primavera brasileña habría sido inducida por los EEUU muy preocupados por el recientemente constituido BRICS. Al respecto se habla de un reciente viaje del vicepresidente yanqui que habría estado preparando la situación a fin de que estallaran prontamente los hechos. El BRICS, como bien sabemos es un acuerdo comercial del que participan 4 países, Brasil, Rusia, India y China y, según tales analistas, el mismo sería un grave inconveniente para los norteamericanos, por lo cual éstos, para coartarlo, habrían pergeñado estas sucesivas manifestaciones con la finalidad de desestabilizar a tal gobierno, en una situación parecida a la que habrían hecho en el Medio Oriente con los gobiernos ‘antiimperialistas’ de Gaddafi y Assad *.

Al respecto quiero reproducir aquí un pequeño debate del que participáramos, en el reciente Ecuentro Evoliano efectuado hace unos meses en Curitiba, quien les escribe, el profesor Hagen de la Universidad de San Pablo y el confeso agente de Putin, Alejandro Dugin. quien concurriera especialmente invitado al evento. Para este último el BRICS era una gran cosa pues era un acuerdo de naciones que, al competir comercialmente con los EEUU y sus aliados comerciales, ponía en severo jaque a su economía. Con diferentes argumentos Hagen y el suscripto criticamos tal postura pues dijimos que así como Japón no ganó la guerra por haberse hecho más competitivo que los EEUU, sino que la perdió cuando su emperador aceptó con la democracia el american way of life que le propusiera el Gral. Mac Arthur, incluyendo en ello la misma competitividad, pasaba lo mismo ahora. No era participando de su espíritu como íbamos a derrotar a los EEUU, sino contrastando con aquello respecto de lo cual éste, lo mismo que China o Rusia, es apenas una de sus representaciones, el espíritu moderno, es decir aquel modo de ser burgués y materialista en el cual la economía representa el destino de los hombres. Y en tal sentido el BRICS era eso, tal como lo había sido el Mercosur o todos los engendros mercantiles construidos bajo esa misma mentalidad moderna hoy vigente. Por otra parte hice notar también que en tal conglomerado de 4 naciones era de imaginar que con seguridad ni Brasil ni la India iban a tener la hegemonía y que por alguna razón muy especial el asesor de Putin estaba presente en un congreso evoliano realizado en Brasil paradojalmente ensalzando en soledad a una institución moderna. Lo cual no es tampoco para asombrarse demasiado ya que hoy en día hay ‘evolianos’ que hacen la apologética del imperio euroasiático con Rusia a la cabeza efectuando así la última de las traiciones que se le pueden hacer al legado de Julius Evola.

Pero volviendo al análisis de la situación actual en el Brasil, consideramos que si bien es cierto que EEUU intentará, como cualquier otro país, sacar todo el provecho posible de la misma, me parece un verdadero absurdo suponer que por lo del BRICS haya inducido a rebelión popular alguna, puesto que además de no ser un elemento preocupante para su política internacional, de la misma manera que no desestabilizó al Japón cuando se le convirtió en más competitivo, a diferencia de los aludidos analistas internacionales, no considero que haya sido capaz de inducir hoy en día absolutamente nada, como tampoco es verdad que lo haya hecho con la Primavera Árabe, debido a que se encuentra en una situación defensiva y no ofensiva. Es mentira también que haya inducido la caída de Gaddafi y que intente hacer lo mismo con Assad. Y menos aun es cierto que el móvil religioso que hoy irrumpe como determinante en la revolución del mundo árabe, sea una mera excusa en función de intereses económicos superiores, tal como insisten en decirnos tales analistas en una clara ostentación de marxismo, pues para éste es también la religión una excusa ideológica que esconde otra finalidad. Ello porque a la manera tradicional, consideramos en cambio que es el espíritu lo que gobierna los hechos y no la materia, en este caso bajo la forma de la economía. Menos aun me voy a creer que intente derribar a Roussef  y pretenda sembrar una situación de caos en la región por una razón tan sonsa. Sí comparto la idea de que aquí, a diferencia de lo que sucede en el mundo árabe, no hay un fundamentalismo con capacidad de aprovechar esta circunstancia y darle un rumbo diferente a los acontecimientos. Si en aquél, a partir de la ‘primavera’, se puede llegar a hablar del Califato, acá va a ser muy difícil que de las rebeliones callejeras pueda surgir la consigna del retorno al Imperio católico.

Pero todo esto admite una nueva reflexión. Causa verdadera vergüenza toparse con agrupamientos y personas pretendidamente nacionalistas y de derecha haciendo de manera ostensible la apologética del imperialismo ruso como si acaso éste fuera mejor que el norteamericano**. Y más aun causa asombro notar tal postura en personas que al mismo tiempo se proclaman como peronistas, habiendo sido una de las consignas esenciales de tal movimiento la de la tercera posición. Tales desinformadores pretenden hacer creer que Rusia ha dejado de ser una potencia imperialista porque ha caído el comunismo y que ahora es una nación más que lucha por liberarse de la hegemonía norteamericana. Al respecto queremos recordar que, si bien la ex Unión Soviética ha sido derrotada heroicamente por el fundamentalismo en Afganistán en 1989 produciendo un desmembramiento que ha producido la liberación de una 20 repúblicas sometidas a tal flagelo, hoy en día la Federación Rusa sigue oprimiendo pueblos y naciones que luchan por su liberación en forma heroica, como Chechenia, Dagestán, Ingushetia, Osetia del Norte, Tartaristán, Balkaria, etc. así como las repúblicas del ex Turquestán cuyos regímenes se encuentran asociados a Rusia y otros ejemplos más que sería largo detallar aquí. Los procedimientos opresivos son los mismos que se aplicaran en la época de Stalin y en algunos casos más sofisticados. Además hay una participación rusa abierta y manifiesta en conflictos internacionales, como fuera el ejemplo de la invasión de Georgia y actualmente la presencia activa en Siria apoyando con armas y hombres al tirano Assad. Por lo que insistimos, es asombroso constatar cómo hay personas que aceptan con tanta liviandad respaldar a Rusia y que incluso celebran cuando tal imperialismo genocida masacra a poblaciones como en las distintas guerras que acontecen en el mundo musulmán.

Para finalizar quiero agregar que acabamos de enterarnos que el Partido Comunista Argentino, que representa, desde la izquierda, los intereses de Rusia en el país, acaba de declarar su apoyo al gobierno de Cristina en la medida que ésta también ha tenido no sólo una cercanía con Chávez, sino también con Irán, hoy en día un estrecho aliado de la política internacional rusa en Siria y en Afganistán, del mismo modo que lo fuera de los EEUU en Irak. ¿Se dirá acaso, siguiendo con tal lógica, que si se desarrollasen manifestaciones en contra de tal gobierno -de hecho las ha habido aunque aun no ha cundido aun la violencia- que son promocionadas por los EEUU para impedir la cercanía con Rusia?




Marcos Ghio