LA GUERRA DE UCRANIA Y EL MONTAJISMO MANIQUEO


Se constituye el Frente Cristiano Islámico


En Ucrania se produjo una verdadera y propia revolución en donde un régimen abiertamente apoyado por Moscú fue derrocado por un movimiento popular. Es de destacar aquí que el sector que produjo propiamente tal acontecimiento no formaba parte de los partidos tradicionales vinculados varios de ellos al Occidente, no era seguidor de la también corrupta Timoschenko, ex gobernante presa del fugado premier Yanukovich, sino que sostenía abiertamente salir del sistema bajo la clara consigna de que ni Europa ni Moscú eran las metas buscadas, de que ni el capitalismo liberal ni el capitalismo euroasiático, es decir la nueva forma que asumía la antigua nomenklatura soviética para adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado, eran la solución para el país, sino un régimen en donde la economía debía estar al servicio de la nación y no de insaciables oligarquías. Esto se lo vio con claridad cuando por presión de tal movimiento, en las plazas del país y principalmente en la de Maidan, no se aceptó el acuerdo al que habían llegado los sectores políticos convencionales, bajo la anuencia sea de Obama como de Putin, en el sentido de que Yanukovich continuara en el poder hasta diciembre para convocar luego a elecciones y que todo continuara más o menos igual. El Pravy Sector, cuya traducción literal sería Ala Derecha, que fue la vanguardia de tal revolución, se opuso a tal medida y mediante una multitudinaria movilización logró que el títere de Moscú terminara huyendo del país refugiándose en la patria de sus mentores.

La lucha por supuesto no está para nada concluida puesto que los sueños euroasiáticos de Putin, consistentes en constituir un imperio que pueda competir en poderío con los EEUU, dividiéndose así entre ambos el dominio del planeta, no iban a detenerse ante este obstáculo circunstancial. Fue así como su líder, Yarushov, en vistas de que se habría de sostener una guerra larga que no solamente abarcaría las propias fronteras, sostuvo que había que buscar la alianza con aquella fuerza alternativa a los dos imperialismos, aquella que también combate en territorio ocupado por los rusos, el Emirato del Cáucaso, organización que bien sabemos que, por sus lazos estrechos con Al Qaeda, se encuentra en una lista negra simultánea sea de Washington como de Moscú pesando sobre la cabeza de su líder, Doku Umarov, una recompensa varias veces millonaria sea en dólares como en los devaluados rublos. Esta alianza se hizo extensiva también al movimiento tártaro de Crimen, una pieza que se ha convertido en sustancial en este tablero de guerra comenzada. Acotemos que los rusos en manera inmediata han ocupado Crimea, una provincia de Ucrania, con la excusa de que la mayoría de tal región que es de su mismo origen étnico y que representa el 58%, solicita por sus representantes abandonar tal país y unirse a la Federación rusa. Tal hecho es ilegal e ilegítimodesde el punto de vista que se lo mire. En primer lugar porque el grupo mayoritario originario de Crimea era preponderantemente tártaro, pero en 1944 el genocida Stalin, con la excusa de que el mismo había colaborado con los alemanes, lo obligó a emigrar al Asia Central en condiciones bestiales, por lo que un número muy importante del mismo pereció durante el viaje. Sin embargo, luego de que cayera el régimen comunista, o más bien que la antigua nomenklatura se liberalizara un poco, tal como sucede ahora, muchos tártaros pudieron volver habiéndose constituido ahora en más del 12% del total de los habitantes de Crimea*. Yarosh sabe entonces que cuenta aquí con un aliado esencial para llevar a cabo la resistencia ante la invasión rusa que ya ha comenzado. Sabe también el líder revolucionario que ningún país occidental intervendrá en su defensa, como por otra parte no lo ha hecho hasta ahora en que es ya notoria tal presencia militar. Digamos al respecto que si bien Obama no es lo mismo que Bush quien estaba estrechamente unido a Putin, en modo tal de haberle admitido la invasión a Georgia, a pesar de que este país fuera un fiel e incondicional aliado de los EEUU, está sin embargo atrapado por una prédica pacifista por la cual cree que con sanciones económicas podrá obtener que el oligarca ruso se contenga. Grave error de su parte pues va a ser más fácil que los países capitalistas beneficiados con las inversiones que allí realizan los oligarcas rusos sedientos de consumo, como por ejemplo Gran Bretaña, encuentren la manera de continuar con tal situación aun en caso de intervención militar, antes de que Putin renuncie a hacerlo. En ese aspecto el ex KGB es memorioso de la frase de Lenin: “Cuando decidamos ahorcar al capitalismo liberal, éste llamará a una licitación para ver quién nos vende la soga”. La única posibilidad a que la invasión no suceda es que justamente Yarosh le haya hecho saber a Putin que resistirá de la misma manera, y aun con más intensidad por estar en el poder, a como lo está haciendo el Emirato del Cáucaso en regiones como Chechenia, Ingushetia y Dagestán entre otras. Es posible pensar entonces que, ante tal alternativa que le ha significado graves inconvenientes internos, Putin renuncie a una intervención militar y trate de negociar la existencia de un gobierno moderado en el país a cambio de su argumento principal de chantaje que es el gas ruso y la deuda con Ucrania. Pero sería conveniente recordar también que este país tiene un arma económica poderosa que es el trigo abundante que posee, también indispensable para la economía rusa, así como el gas lo es para ellos. Recordemos que fue la gran escasez de trigo en la década del 70 uno de los factores que determinaran la derrota en Afganistán, junto al boicot económico norteamericano.

Pero el tema que debemos añadir aquí -y es ese aspecto de la guerra en el cual trabaja asiduamente esta Agencia- es el relativo a la campaña propagandística que se viene haciendo con la única finalidad de desmerecer a la causa Ucrania. Bien sabemos -y sobran la evidencias para demostrarlo- que sea Putin como Obama responden abiertamente a intereses superiores que dirigen a sus gobiernos, que son los del sionismo. Al respecto para evitarnos cualquier duda, en un reciente encuentro efectuado en Moscú entre el premier israelí Netanyahu y su par Putin se firmó un acuerdo esencial relativo no solamente a la limitación del uranio enriquecido en Irán, a fin de no hacerlo peligroso para la seguridad de Israel, sino lo principal, se ratificó el principio de que tal Estado debe continuar estando y que debe hacerse hasta lo imposible para que ello sea. Coincidencia pues esencial entre el capitalismo liberal y el euroasiático, que, tal como dijeran en su tiempo Heidegger y Evola, son en el fondo lo mismo. Esta coincidencia también se la ha visto en tal región en el momento en que los tres países rectores del sistema apoyaron en forma entusiasta el golpe de Estado de Al Sisi en Egipto con la peculiaridad de que también lo hicieran los wahabitas malos de Arabia Saudita, tan vilipendiados por la propaganda euroasiática aterrorizadora, como por el mismo Assad en Siria. Y con respecto a este último país también esta Agencia ha demostrado con lujo de detalles la coincidencia esencial entre los miembros de tal eje del sistema en destruir la rebelión fundamentalista en tal región con medios diferentes de acuerdo al país. Mientras que Rusia entrega armas e instructores militares para diezmar a los rebeldes, EEUU se remite a apoyarlos de palabra, estimulándolos así para la acción, pero sin enviarles ni una granada para defenderse. Tal como dijéramos sea en Siria como en Ucrania el movimiento antisistema debe bastarse por sí mismo.

Dentro de este contexto de guerra queremos ampliar el capítulo relativo a la propaganda rusa difundida por una serie de agentes serviles, algunos de ellos por dinero y otro por el terror que les causa vivir sin estar subordinado a alguien. Se ha utilizado aquí el mismo procedimiento montajista ya conocido en abundancia desde el famoso 11S. Recordemos al respecto que el eje del mal, es decir, EEUU-Israel-Rusia, ha elaborado una serie de teorías acompañadas de ‘pruebas’ para demostrar que el famoso atentado por el cual se destruyeran más de 100 mesas de dinero y 30 bancos en Manhattan y por el que se pusiera en riesgo la seguridad de la principal potencia con apenas 19 mártires y 500.000 dólares de inversión, lo habían producido en realidad ellos mismos pues no era conveniente que se supiese que el eje del mal se trataba simplemente de un tigre de papel. Era indispensable pues seguir haciendo creer en todo aquello que Hollywood nos estuvo enseñando por tantos años: que ellos son como el Jehová que todo lo puede y ante el cual nada es posible hacer. En todo caso, y ésta es la sugerencia de los euroasiáticos, si queremos ser realmente partícipes de los acontecimientos nos tenemos que poner debajo de la falda de otro de los integrantes del eje y de este modo, tal como dijera un fallido político y militar argentino de triste memoria, ‘interactuar en el mundo Uno’, es decir el único mundo posible que no nos impide ser reducidos a la condición de agentes obligados de alguien, que es el que nos propone el sistema. Ahora el procedimiento ha sido el mismo. Para desprestigiar una vez más a aquella fuerza que pudo derrotar a una de las partes del eje se acude nuevamente a ‘pruebas’ (que bien sabemos que prueban muy poco pues cuando no son inventadas pueden servir también para demostrarnos lo contrario) por lo que se dice que en realidad los revolucionarios de la plaza de Maidan, es decir el Pravy Sector, eran en realidad agentes infiltrados de la OTAN y del ejército de Israel. Es decir una vez más, no existen las personas, es decir seres libres que actúan por sí mismos, sino una gran masa vacuna, un conglomerado de individuos que sólo puede existir sirviendo a alguien. Si no se lo hace con Israel o con los EEUU se está obligado a hacerlo con Rusia, como ellos. Es tanta la imbecilidad reinante, producida, tal como decimos, por décadas enteras de reblandecimiento gestado por Hollywood, que a veces uno se siente verdaderamente estupefacto. Con seguridad que en épocas futuras este fenómeno del montajismo, de la misma manera que la fe en la democracia, será motivo de asombro cuando no de sorna. Ahora lo tenemos en cambio que padecer.**

* Es de destacar aquí al numeroso grupo de ‘nacionalistas’ admiradores de Putin (algunos de los cuales hasta han llegado a verlo como la expresión reveladora del Tercer Secreto de Fátima), el que, en su escasa lucidez, olvida que, si apoyara las pretensiones del oligarca ruso sobre Crimea en razón del argumento relativo a la actual composición étnica de la región, debería por igual aceptar que las Malvinas sean británicas puesto que los kelpers también lo son. Pero habría aquí por añadidura una diferencia a favor de los ingleses. Mientras que estos últimos están desde 1833 cuando se desalojó a los argentinos, los rusos están en Crimea desde apenas 1944. En segundo lugar que, mientras que los colonos británicos representan actualmente casi el 100% de la población, aquí en cambio nos encontramos apenas con poco más de la mitad de rusos. Pero en fin, bien sabemos que la Virgen produce milagros y uno de ellos es el de encontrarnos azorados con tantas personas del bando nacional que repentinamente se han convertido en favorables a Rusia estando dispuestos en función de ello a renunciar a cualquier evidencia y pensamiento sea racional como nacional.

** Esta tendencia a la chantada ha sido alimentada también por una cierta literatura fantástica que en épocas de decadencia como la actual en donde el ser humano se siente desesperado y remitido a creer a fin de no derrumbarse y en donde cuanto más fantasioso sea un relato más confianza brinda a tales sujetos, suele tener mucho crédito. Nos referimos específicamente a dos autores, uno chileno y otro argentino, Serrano y Moyano, ambos fallecidos hace algunos años pero que nos han dejado discípulos, quienes adhieren al gnosticismo maniqueo por el cual la existencia aquí en la tierra quedaría reducida sin más a un espectáculo, del que por supuesto somos ajenos todos en cuanto a su elección, representado por la lucha entre dos divinidades contrapuestas, una buena y otra mala y en donde cualquier acción que se efectuase no podría escaparse nunca de la voluntad de alguna de ellas, las que las habrían utilizado siempre en función de sus fines. En modo tal que en tanto el hombre es siempre un simple átomo o mediación de alguna cosa superior a él, toda vez que se está en contra de un determinado bando al que se le habría asignado ser la expresión de la divinidad buena, se lo debe estar forzosamente del lado opuesto representado por la mala. En este caso algunos de tales gnósticos han llevado tal antagonismo obligatorio y necesario al terreno del conflicto que hoy existe entre EEUU y Rusia, que bien sabemos es pour la galerie. Acordes a tal estilo maniqueo todo aquel que estuviese en contra de tal esquema y se manifestara contrario a las pretensiones imperialistas y oligárquicas de Putin sería para ellos forzosamente un agente del dios malo, en este caso los EEUU. Tal como vemos la ingenuidad, para ser leves en nuestras caracterizaciones, es un fenómeno sin límites.



Walter Preziosi