REFLEXIONES SOBRE EL BREXIT


Más allá de los distintos entusiasmos y romanticismos que han generado en muchos los resultados de la última contienda electoral inglesa, queremos considerar aquí lo siguiente.
1) No es cierto que los que promovieron el Brexit fuesen antieuropeos, sino en todo caso antihegemonía de Alemania respecto de Europa. Han manifestado varias veces que no era justo que un país que ganara la guerra tuviese que aceptar el liderazgo europeo del vencido. Por lo tanto en realidad aquí lo que hubo ha sido un conflicto de intereses y no de principios. La Europa mercantil cuyo espíritu ha informado a la Unión Europea es la misma que pergeñó la Inglaterra capitalista a través de todas sus distintas filosofías, tales como el utilitarismo, el liberalismo, el pragmatismo, etc. Lo que no se acepta es que deba ser otro país y no quien generó tales concepciones el que asuma el liderazgo.
2) No es verdad que tal medida haya terminado beneficiando al Reino Unido tal como se han cansado muchos de decir. A las pocas horas de conocerse los resultados electorales el separatismo escocés e irlandés del norte, alegando que en sus territorios había triunfado abrumadoramente el sí a Europa, solicitó en forma inmediata convocar a un plebiscito independentista para disolver el Reino Unido y retornar a los antiguos reinos o Estados que lo precedieron. Por lo tanto un fuerte debilitamiento y disolución de Inglaterra. 
3) Lo consiguiente será que en otras naciones se impulsarán procesos similares de separatismo reputándose las distintas regiones como europeas por sobre todas las cosas y de este modo la Europa de los mercaderes no necesariamente se verá debilitada.
4) A nosotros como tradicionalistas que bregamos por el fin del mundo moderno nos resulta simpático el Brexit, pero principalmente por dar como resultado, más que la separación respecto de Europa, la disolución de Inglaterra, una verdadera anomalía como EEUU y Rusia, naciones emblemáticas de la gran decadencia y cuyo fin deseamos pro sobre todas las cosas como paso previo e imprescindible para constituir una nueva edad.