MAESTROS O 'TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN'

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El preceptor Baradel


Al final, tal como se suponía, en la elección del gremio docente en la que disputaban dos candidatos de izquierda, un kirchnerista y una trotskysta,  terminó ganando el primero, por lo que el preceptor Baradel ha renovado su mandato en el sindicato de los 'trabajadores de la educación', es decir de aquellos que han dejado de ser maestros. Por lo tanto éstos no habrán descendido un escalón más pasando a la condición aun más baja de 'trabajadores de la tiza' de haber triunfado el trotskysmo, es decir haberse profundizado el proceso de materialización del ser humano por la que pasa de su condición de persona, de ente libre a la de simple instrumento masificado sometido al mundo de la necesidad y del dinero. 

De todos modos desde un punto de vista testimonial vale la pena resaltar la reflexión de la trotskysta ante su derrota estrepitosa. Resulta ser que según ésta su rival ganó por haber desarrollado un sindicato clientelar, es decir un gremio en donde los votos se consiguen a través de beneficios, tales como empleos, planes sociales, etc. Pero a no ser que pretenda instrumentar al sindicato como un ariete para la conquista del Estado, tal como han siempre intentado hacer los representantes de su ideología, resulta ser tal hecho una cosa normal en una institución que ha distorsionado la función docente convirtiéndola en un mero trabajo. El trabajador es justamente un cliente que vende su mercancía al mejor postor sin importarle ni quien la recibe ni tampoco quien le paga, y que, de acuerdo a las leyes del mercado presiona con huelgas y medidas de fuerza para obtener siempre mayores beneficios. Y este principio económico de la ventaja y la ganancia es también el que informa al sistema democrático en donde, del mismo modo que en el gremio de Baradel. las personas votan al que les llena la panza y no al que es mejor o al que representa los principios superiores de la nación. Que el carácter clientelar haya suplantado a cualquier vocación, lo que ya es grave en el conjunto de los habitantes de un país, resulta espantoso que suceda entre los que por no querer ser maestros se han convertido en 'trabajadores de la educación'.