CON RESPECTO A UN LIBRO NEGRO (NOTA 1)

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NOTA 1

En su momento hablaremos más en detalle de esta obra leída este fin de semana. Mientras tanto recabemos las siguientes conclusiones.
Así como a nivel de la política económica la república Argentina parece ser un disco rayado en tanto se repiten siempre los mismos errores y pretendidas 'soluciones', a nivel ideológico pareciera querer volverse para atrás y repetir las viejas consignas vividas en la época del nefasto Proceso Militar. En ese entonces se sostenía que había que rechazar al marxismo 'saneando' la democracia, es decir confrontar comunismo con liberalismo, revolución francesa contra revolución rusa. Si tuviésemos que juzgar los hechos por los resultados obtenidos la consecuencia sería la siguiente: Hoy el marxismo es mucho más fuerte que antes de que vinieran los militares tal como reconocen los autores de este libro aunque sin recabar tales conclusiones. Al respecto digamos que el pensamiento tradicional opina lo contrario en tanto que considera que la revolución rusa, el comunismo, es la consecuencia de la revolución francesa, el liberalismo. A tal respecto los autores reivindican los valores del logro principal de la sociedad burguesa que es el capitalismo el que habría traído grandes progresos a la humanidad. Obviamente que el pensamiento tradicional se encuentra al respecto en las antípodas. El capitalismo, con sus secuelas tales como el materialismo y el consumismo ha significado por el contrario un proceso de bestialización extrema como nunca viviera el hombre en su historia de lo cual el comunismo y sus fases terminales de postmodernidad representan su consecuencia última. De la misma manera, en su rechazo por la ideología de género, los autores repudian al feminismo actual pero no lo hacen con el del siglo pasado al que incluso reivindican rescatando de aquél su tendencia igualitaria. Más bien deberíamos decir que el feminismo actual que es supremacista respecto de la mujer en el fondo, al ser desigualitario (aunque en sentido inverso al del pensamiento tradicional), se aproxima más a nuestro punto de vista. La mujer no es igual al hombre sino que es diferente no sólo en cuanto a su anatomía sino que también debe serlo en cuanto a derechos y deberes. Por último no podemos soslayar lo que venimos diciendo con respecto al debate actual sobre la cuestión del aborto. Reducir el problema a una cuestión científica respecto del momento en que comienza la vida de un ser humano es degradar la sexualidad a un plano puramente biológico, cosa ésta en la cual se han encontrado en una misma trinchera con la iglesia de Bergoglio. Resulta curioso que la misma ciencia que ha negado el carácter divino del hombre al hacerlo descender del mono o que ha calificado a la homosexualidad como una cosa normal y no patológica hoy sea tomada en auxilio para ponerle límites a la libertad de abortar. En tal sentido estamos viviendo la paradoja de que los abortistas sean hoy en día los religiosos (de una expresión inmanentista y freudiana) y los antiabortistas apoyados por la Iglesia sean los cientificistas y por lo tanto modernos.Se comprende así que los autores de este libro insistan en acentuar los caracteres liberales y modernos del catolicismo. En pocas palabras, más allá de algunos chismes interesantes, la obra representa una repetición de viejos errores que de lo único que han servido ha sido para consolidar al enemigo que se intentaba destruir. No se puede contrastar contra el cuarto y hoy quinto estado resaltando los valores del tercer estado, el burgués, tal como hacen los autores del libro, pues tal cosa, como ya lo hemos vivido trágicamente en nuestra historia, resultan contraproducentes. Una verdadera derecha tiene que ser tanto antinorteamericana como anti rusa. Antiliberal y anticomunista al mismo tiempo.