EN DEFENSA DEL IMPERIO

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Continuamos aquí reproduciendo fragmentos de las notas de réplica a los distintas críticas güelfas surgidas a partir de la edición de Imperialismo Pagano en 1928. En este caso la réplica va dirigida contra el senador Filippo Crispolti, que, a diferencia de lo que sucede en nuestros días con nuestra fauna parlamentaria, se tomaba el trabajo de leer textos filosóficos e intentaba así debatir con Evola.
"El senador Crispolti nos pregunta: ?¿Esa voluntad de imperio que Ud. reputa como el carácter fundamental que debe tener el fascismo, qué sería propiamente? ¿Un imperio sobre quien? ¿Sobre las tierras y pueblos respecto de los cuales Italia tiene 'derechos' y por lo tanto con posibilidades de expandirse 'pacíficamente' (sic), o bien 'a la romana' (sic), sobre todo el mundo conocido.
Le contestamos. Imperio en primer lugar es sobre uno mismo, por una raza de Jefes, de soberbios dominadores de las propias almas, y no mujercitas aterradas con los ojos dirigidos hacia el cielo y atrapadas por el semítico 'temor de Dios'; por una raza de hombres que desdeña la contaminación de la mística hermandad preconizada por distintas sectas cristianas, fuerte en aquella virtus, que no puede ser reducida a la humildad, a la 'caridad', a la renuncia, a la 'gracia', por una raza de hombres que desdeña de la paz y manifiesta: 'La guerra es un bien',no entendiendo por guerra odio, prepotencia o violencia brutal, sino algo sagrado, algo trascendente, una vía para la superación, para la liberación, para la posesión de lo más elevado del propio ser."