CORONAVIRUS Y GUERRA DE CIVILIZACIONES


El mundo hoy se encuentra conmovido con esta nueva epidemia que ha producido una serie de circunstancias y medidas excepcionales que han afectado la vida de todas las naciones. Nos proponemos al respecto efectuar una serie de reflexiones a la luz del pensamiento tradicional.


1) Origen de tal enfermedad

Si bien no existe aun una prueba definitiva respecto a cuál es la circunstancia que la ha originado existen al respecto dos interpretaciones diferentes. Como se trata de un virus proveniente del mundo animal, en especial el murciélago, y como esto ha comenzado a suceder en China se ha puesto el acento en la existencia de un mercado de animales salvajes que vendía este tipo de carne que era consumida por las personas. Sin embargo esta explicación resulta aun insuficiente pues al parecer esta práctica era habitual desde siglos y nunca se había producido tal epidemia. Todas los indicios conducen a un posible accidente, parecido al de Chernobyl, acontecido en la sede un laboratorio biológico que producía sea vacunas como armas de tal tenor en el cual se habrían generado modificaciones genéticas en tal virus de origen animal y posiblemente una vacuna ineficaz puede haber producido esta epidemia.

Tal como se ha hecho notar ‘casualmente’ el único laboratorio biológico de tal tipo está ubicado justamente en la provincia de Wuhan en donde estalló la epidemia.


2) Nuevamente el montajismo en acción

No cabe duda alguna de que esta epidemia ha puesto en evidencia el carácter sumamente frágil y vulnerable del mundo moderno en sus etapas terminales. Debido al aumento casi compulsivo de las comunicaciones, en donde viajar en avión y de continente a continente se ha convertido ya en una cosa habitual y al alcance de cualquiera, hoy en día se ha agudizado el proceso de masificación y por lo tanto de contacto promiscuo entre las personas facilitando ello la expansión de la enfermedad obligando a los gobiernos a tomar medidas excepcionales en la mayoría de los casos difíciles o casi imposibles de cumplir en su totalidad debido al grado de intercomunicación en que se ha establecido el mundo actual.

Nos encontramos así en una circunstancia parecida, aunque no en sus proporciones, a lo acontecido el famoso 11 S de 2001 cuando un pequeño grupo de activistas logró poner en jaque a todo el sistema de seguridad de la principal potencia del planeta generando así una crisis cuyas secuelas aun se están viviendo en nuestros días. Una vez más ante la opinión pública aparece la imagen de un mundo inseguro, frágil y al alcance de cualquier pequeño accidente capaz de ponerlo en crisis y desgobierno. En función de tal circunstancia y a fin de diluir esta evidencia, en algunos, en especial aquellos que contrastan con este orden, es que se inventaron las famosas teorías cosnpirativas y montajistas las cuales suplantan la idea de la inseguridad y la ineficiencia por la del cinismo y hasta la perversión pues en cualquier caso es preferible dar una imagen de dureza extrema y falta de cualquier escrúpulo antes que la de debilidad. Fue así como si antes se dijo que había sido el mismo sistema, o bajo la forma de los EEUU o de los judíos, el que a propósito se ha había producido los atentados creando así la idea de que no había fuerza alguna capaz de vulnerar su sistema de seguridad, del mismo modo ahora, profundizando en la hipótesis del virus del laboratorio, se ha llegado a decir que se trata de un estratagema de los grandes poderes fácticos que rigen el planeta para disminuir su población. Es decir que habría unos que se salvarían de tal virus porque secretamente contarían con la vacuna y no así el resto que sucumbiría irreversiblemente.

Nosostros consideramos que más allá de que sea cierto el hecho comprobable de que el aumento cada vez mayor cuantitativo de la población mundial hace que en poco tiempo el mundo se convierta en inviable, el sistema no está en condiciones de generar proceso alguno ni de selección de nacimientos y menos aun de disminución de los mismos. Tal como se ve en nuestros días al ser la economía el destino del mundo actual, un parate de la misma como está generando esta crisis ya prolongada del coronavirus, sería mucho más catastrófico para el mismo que la pretendida disminución de la población mundial. En pocas palabras el actual sistema subiste sobre la base de comprar y vender y una disminución de la población significaría también un sustancial disminución del consumo y por lo tanto de la ganancia del sector productivo.

Más bien reputamos que lo que está sucediendo se les está escapando de las manos y no obedece en manera alguna a plan alguno.

A todo esto habría que agregar también que si personas negacionistsa del cambio climático decían que la misma naturaleza se encargaba de corregir los desaciertos y destrucciones del planeta producidas por el hombre y su desaforada tecnología, la disminución de la producción en especial en países como China, ha ayudado sin quererlo al mejoramiento del mismo clima y por lo tanto tal epidemia habría actuado como ese correctivo no querido por los mismos negacionistas.